Gonzalo DE MELO – Hace pocos días, ATP anunciaba el que sería el calendario de 2015. En España se disputarían, como en los últimos años, tres torneos: dos Masters 500 y un Masters 1000. Barcelona, Valencia y Madrid.
En el calendario se vislumbran 62 torneos. ¿Los principales cambios? La extensión de la temporada de hierba (gran noticia para los románticos), y aunque pocos para los tenistas, más semanas de descanso entre algunos torneos. Cambios para bien de la ATP, que asistía incómoda a las crecientes quejas de las mejores raquetas del circuito.
Pero vayamos a España. 3 torneos de 62 para una de las mayores potencias tenísticas del planeta, a pesar del reciente accidente en Copa Davis. La ecuación es sencilla: aprieta la crisis/aprietan los patrocinadores = menos torneos, menos nivel.
Aunque, visto lo visto en este país, los patrocinadores te pueden hacer quedar como el Pepe Gotera y Otilio de turno; que se lo digan a Madrid y el invento de la tierra batida azul. Un torneo que, a pesar de la situación económica del país, se permite el lujo de poner los precios más altos de todos los Masters 1000. Eso sí; es el torneo con mayor número de tribunas VIP. Ya lo decía el actual capitán del equipo español de Copa Davis. En Madrid se habían olvidado del aficionado de toda la vida para abrazar al nuevo oportunista de bolsillo ancho de turno.
Sigamos el particular vía crucis de la ATP en España. Valencia. La Ciudad de las Artes (famosas presuntamente por el baile egipcio, otro tipo de arte típicamente español) albergan un ATP 500 que es más famoso por sus goteras cuando caen cuatro gotas que por el nivel de los tenistas que lo juegan.
Y terminamos en Barcelona, el más tradicional y el menos typical spanish de este breve ATP Tour español. El Conde de Godó tiene a sus espaldas más de 60 años de historia y se juega en tierra batida desde que el tenis es tenis; Valencia optó por la pista rápida y Madrid ha probado con tres tipos de superficies: dura, tierra batida y tierra azul.
¿Problemas de los torneos ATP en España? Su cartel. Dejando de lado Madrid (es un Masters 1000 e interesa a todo aquel que quiera sumar muchos puntos), que un tenista del Top 10 quiera jugar en Barcelona o Valencia es agua de mayo para unos organizadores que llevan demasiado tiempo deambulando por el desierto.
Tenistas los hay. Dos Top 10, dos Top 20 y nombres con una gran proyección. Pero pocos de los organizadores estarían dentro de un hipotético Top 100 de los organizadores de torneos ATP.
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