Esteban GÓMEZ – El Emirates Stadium acogía uno de los grandes encuentros de la eliminatoria de Octavos de Final de la Liga de Campeones. El Arsenal recibía al Bayern de Múnich en un auténtico partidazo, en un encuentro de altos vuelos, que presentaba cara a cara a dos de los mejores conjuntos del momento en el fútbol europeo.
Las previas colocaban el cartel de favorito, pese a las alturas del duelo, para el Bayern de Pep Guardiola. Y así fue. Tras un primer tiempo de ritmo elevado, en el que se fallaron dos penaltis, uno de Özil para los londinenses y otro de Alaba para los bávaros, el encuentro se marchó con cerocerismo notable al descanso. Errores de ambos hacía que no hubiesen goles, pero clave fue la expulsión de Szcz?sny en el penalti pitado para los alemanes.
Un equipo ya por sí dominador, con un potencial a la altura de muy pocos, tendría ventaja numérica durante todo el segundo tiempo. Al descanso, todo parecía indicar que los del Allianz Arena se llevarían el partido. Un colosal Lahm, junto a un extraordinario Kroos, liderarían, entre otros, a un Bayern de Múnich que lograría a posteriori un 0-2 importantísimo de cara al global de la eliminatoria. Posesiones cercanas al 80% durante toda la segunda mitad, con cifras comparativas que ensalzaban la imagen germana y minimizaban a un Arsenal en minoría, que intentaba salir lo menos perjudicado posible.
En líneas generales. El Arsenal perdonó el 0-1 tras el fallo de Özil y cuando perdonas a una potencia como el Bayern todo hará que el campo se convierta en una cuesta hacia abajo. Recital alemán en el segundo tiempo ante un conjunto Gunner que fue de más a menos totalmente, y que solamente podía dejar pasar los minutos y que la herida visitante fuera lo menos grave posible.
Resultado más que positivo para un Bayern de Múnich que logra una gran ventaja de cara a la vuelta, marcando dos goles, sin encajar, y presentando una temporada más su candidatura a acabar como Campeón de la Liga de Campeones.
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