Esteban GÓMEZ – El ser humano está preparado para captar sensaciones y estímulos mediante sus 5 sentidos, tales como olfato, vista, gusto, oído y tacto. Éste último reacciona a todo contacto entre la piel, el cuerpo, con cualquier otro objeto o cuerpo. Una de las reacciones más comunes, o que se utilizan en mayor proporción como ejemplo, son las quemaduras. Cuando una persona se quema, o siente calor/frío, reacciona, sufre un gesto casi automático que le hace darse cuenta de la situación.
Las quemaduras pueden ser todo grado, desde graves hasta irrelevantes, pero siempre desencadenarán reacciones. Si alguien se quema, se aleja, o al menos intenta evitar quemarse de nuevo. En Inglaterra ocurre algo poéticamente similar, incluso cayendo en metáforas.
Algo ocurre. Algo está sucediendo en la que, dicen, es la mejor Premier League Inglesa que se recuerda en los últimos años. Una zona alta competitiva, con varias alternativas, o quizás más de las normalmente esperadas. Una cabeza de la tabla que presenta a tres equipos principalmente, viendo desde una distancia reducida al Liverpool, luchando jornada tras jornada, peleando por cada punto en juego, ero algo ocurre.
La alternancia en el liderato está dejando entrever que ser líder de la Premier League quema, o algo similar. La presión de defender esa privilegiada situación hace que Arsenal, Manchester City y Chelsea tropiecen más de la cuenta cuando son líderes. El último caso ocurrió en la visita del de los Blues al West Bromwich Albion de Pepe Mel. Siendo líderes, tras conseguir la primera plaza el pasado fin de semana, acabaron empatando 1-1 en un partido en el que se habían adelantado antes del descanso.
Teniendo en cuenta las últimas 5 jornadas del campeonato inglés se localizan tropiezos inesperados de los tres equipos, lo que en un segundo plano ha despertado las opciones (algo alejadas hace unas semanas) del Liverpool, que sigue manteniendo opciones matemáticas y aparentemente accesibles de ganar el título. Así, en los últimos 5 partidos el Chelsea ha tropezado en 2 ocasiones (2 empates: 0-0 vs West Ham y 1-1 vs WestBrom), el Arsenal en otras 2 ocasiones (1 derrota frente al Liverpool por 5-1 y un empate vs Southampton por 2-2), mientras que el Manchester City también encadena dos jornadas sin ganar (derrota 0-1 frente al Chelsea y empate 0-0 contra el Norwich).
Partiendo de la idea instaurada de que son potencias del fútbol inglés y europeo, esta serie de tropiezos, casualmente cuando defienden liderato, cuando llegan a una nueva jornada como líderes, son, al menos, curiosas, interesantes para ser analizadas. Ser líder en Inglaterra quema, como cuando se coje una bandeja del horno sin un paño de cocina. Es decir, se coje, pero se deja, porque quema. Algo así parece ocurrir con el liderato.
Quizás por la presión, quizás por la responsabilidad de tener que mantenerse. Posiblemente se trate de una clara situación de underdog, como le ocurrió hace unos meses al técnico portugués Andre Villas-Boas. La base de todo recae en que es más sencillo aspirar que mantenerse. Es decir, para Chelsea, Arsenal y Manchester City, es más apetecible, incluso morboso de cara al apartado de la motivación, aspirar a ser líderes, que posteriormente mantenerse. La ilusión y concentración por llegar a la cima hace que los perseguidores del líder tengan un referente por delante de ellos, mientras que, a la hora de defender la situación, todo adquiere otro tema de responsabilidad, que parece estar afectando al rendimiento regular de la zona alta en Inglaterra.
El empate del Chelsea, a priori, no les hace caer de ninguna batalla, incluso siguen siendo líderes, a la espera de lo que hagan el Arsenal (segundo en la tabla) en el Emirates Stadium frente al Manchester United y el Manchester City en el Etihad Stadium frente al Sunderland. Es decir, en caso de tropiezos de Gunners y Citizens, los de Mourinho seguirían en lo más alto de la tabla, pero el empate de los Blues en The Hawthorns vuelve a dejar claro que ser líder en la Premier League "se paga caro".
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