La gran final del torneo Apertura 2015 parecía de difícil pronóstico, pero todo cambió porque, a pesar de las tendencias, negativa de Pumas y positiva de Tigres, y la diferencia de plantillas en calidad y valor comercial, los locales finalmente lograron ser contundentes de cara a puerta. Ahí mataron el partido e impidieron la reacción puma. Fue el detalle que marcó la ida.
Tigres salió consciente de su localía, nivel de plantilla y un ligero favoritismo. Salió a tomar la pelota y dejar la báscula en Pizarro, mediocentro argentino, mientras Aquino y Damm atacaban las bandas. Pumas esperaba, aunque no pasó mucho tiempo hasta que Sobis sintió un ligero contacto en su espalda dentro del área y aflojó su cuerpo. El árbitro juzgó la caída y Gignac convirtió de penal el primero de la noche. Pumas pagaba las polémicas arbitrales generadas, aunque las decisiones que le beneficiaron siempre estuvieron apegadas al reglamento.
Universidad siguió su plan, porque tiempo quedaba de sobra. Sin embargo, sus intentos de salida rápida eran cortadas por un acertado mediocampo local, y tenía más éxito Pumas cuando intentaba atacar con calma que en salidas rápidas. Tigres sostenía su domino en base a control en zona baja, distribución y recuperación de Dueñas y Pizarro y la profundidad de Damm y Pizarro. Precisamente el buen tino del lateral derecho Jiménez permitió a Damm hacer su clásica llegada a línea de fondo, centrar y encontrar a Aquino, quién a pierna cambiada la colocó en la escuadra. Además de cerrar el 2-0, la primera mitad del ex rayista destacó en fase de recuperación hacía adelante y marcaje hacía atrás.
Al segundo tiempo Pumas trató tibiamente de buscar la salida de los norteños. Pizarro siguió inmenso manejando el balón y a su fiesta se sumó pisando zona interior Jiménez. A la hora de partido Jiménez y Pizarro jugaron en la frontal de Pumas, luego abrieron la pelota a la derecha desde la que cayó un centro que Verón no pudo sacar. En el remate atajó Palacios pero sentenció Sobis poniendo el 3-0. Donde mejor defiende Pumas, Tigres se paseó con facilidad.
Memo Vázquez envió a Ludueña, enganche argentino para resolver los problemas creativos y de retención de pelota de Pumas y Ferretti envió al talismán Álvarez, de treinta y seis años e impacto inmediato en la banda. Con el tiempo Tigres aceleró sus pases para llegar al área y asentarse ahí, y finalmente los últimos quince minutos espero atrás.
Hubo un gran trabajo de Tigres en general, de jugadores y el entrenador. Mención merecen las puntas felinas. Sobis y Gignac salieron mucho del área, sobre todo en la primera mitad y cayeron a las bandas, haciéndose inmancables para los visitantes. Cada uno se fue con un gol, pero Gignac, en plena madurez, sigue haciendo de Benzemita: disfruta jugar fuera del área y distribuir la pelota. Ayer hizo recepciones en la espalda de los mediocentros y luego dirigía por delante de ellos.
Pumas no jugó, simplemente fue superado por un rival muy superior, que no comprometía sus pases ni sus jugadas o recepciones, por su calidad técnica. La vuelta se antoja muy difícil para los capitalinos, porque a su bajo nivel de juego se añade el problema de trastocar su plan de toda la temporada: la entrada de Ludueña para atacar y tener la pelota y Dante López, un punta más, se antoja necesaria, pero son dos jugadores que habitualmente no inician los partidos de un equipo acostumbrado a espera y contratacar. A pesar de que Tigres es un equipo que se basa en el ataque posicional, son especialistas en el contragolpe y muchos de sus jugadores lo llevan en la sangre.
VUELTA: ESTADIO OLÍMPICO UNIVERSITARIO – Atención, cambio de horario de la final, se mueve de 12:00 h. a 20:30 h. (Ciudad de México).
Factor de desempate: marcador global, prórroga y penales. Pumas necesita cualquier marcador que iguale los tres goles de desventaja para seguir pelando una prórroga y penales. No existe el gol de visitante como diferencial, así que cuatro de diferencia lo haría campeón.