El Leicester City quiere repetir y dar la sorpresa en Champions como la dio el año pasado en la Premier League. Tras su victoria contra el Brujas certificó su clasificación a octavos como primero de grupo.
Tras hacer historia el pasado año consiguiendo ganar la liga inglesa, pocos podían imaginar que en Europa fuese a dar la talla. Y no solo está superando las expectativas, sino que está realizando una fase de grupos casi perfecta. Ayer recibió el primer gol en toda la Champions y su estilo de juego se asemeja al que le llevó el año pasado a ganar la Premier.
El equipo de Claudio Ranieri ha vuelto a hacer historia. Va primero en el Grupo G con 13 puntos en cinco partidos, clasificándose para la próxima fase. De las cuatro victorias, tres han sido por la mínima, lo que hace ver que el Leicester sigue con el estilo de juego del año pasado.
El Leicester City no tiene un equipo con nombres importantes, pues casi todos sus jugadores apenas eran conocidos hace dos años. Sin embargo, Ranieri ha sabido sacar lo mejor de jugadores como Vardy, Mahrez, Drinkwater, Albrighton, Okazaki… A estos nombres hay que sumarles el de Kanté, que fue fichado por el Chelsea, siendo el pilar del equipo del pasado año.
Aun así, el equipo ha sabido suplir su baja con un trabajo más compacto de todo el equipo. La defensa no destaca individualmente, con nombres como Fuchs, Morgan, Simpson o Huth. Pero trabajan muy juntos y coordinados y eso hace que sea difícil que encajen goles fácilmente. La ayuda del medio campo siempre está presente y es un equipo cuyo primer defensor es el delantero.
El fichaje de Slimani le ha venido como anillo al dedo, por lo menos en Champions. Vardy juega más liberado y sin tanta presión de ser el hombre que debe meter los goles. El delantero inglés lleva 14 partidos sin marcar y aun así el equipo no ha necesitado sus goles en la competición europea. Riyad Mahrez está asumiendo el peso del equipo. Lleva cuatro goles y una asistencia en la Champions y está demostrando que ha querido seguir en el Leicester para poder hacer cosas importantes con ellos.
En el centro del campo, Drinkwater está realizando un trabajo espectacular. Ya no tiene a Kanté para que le ayude en labores defensivas, por lo que está haciendo el doble de trabajo. En ocasiones se le ve desbordado, pero ese pundonor y esa calidad que demostró el año pasado está haciendo que se juegue como él quiera.
En cuanto a la Premier League, el Leicester City no corre la misma suerte, pues está a dos puntos del descenso. Todavía no ha ganado un partido fuera de casa en liga y la alta carga de partidos puede hacerle jugar una mala pasada. Los de Rainieri corren el riesgo de centrarse demasiado en la Champions y despistarse en la Premier.
Además no se trata de una plantilla excesivamente larga. El año pasado jugaba siempre con el mismo once y realizaba en cada partido prácticamente los mismos cambios. En cualquier caso, la afición de “los foxes” está encantadísima con lo que está haciendo su equipo en Europa.
Si el Leicester ganase la Champions League sería uno de los mayores hitos, sino el mayor, de la historia del fútbol. Que un equipo que hace unos pocos años peleaba por subir de categorías esté en octavos de final ya es fascinante. Si continúa jugando así por qué no soñar con que levanten la “orejona”.
¿Por qué no? Eso se pregunta la afición del Leicester City, que lo mismo pensaba el año pasado con la Premier y así acabó. Y es que “los foxes” están a siete partidos de ganar la Champions. Y el ir partido a partido, final a final, le viene de lujo al equipo de Ranieri, como demostró el año pasado.
Que un equipo tan modesto gane la Premier hace que media Europa quiera a sus jugadores. Sin embargo, Ranieri ha convencido a sus jugadores –a excepción de Kanté– para que se queden y vivan juntos el sueño europeo. Es de admirar lo que han hecho y puede que sigan haciendo historia.
Es un equipo que cae muy bien y tiraría por la borda los proyectos con millones que se gastan en fichajes y en las fichas las potencias europeas. Haría pensar que el fútbol no es solo dinero y que con un buen equipo unido y con mucho trabajo todo es posible.