Que injusto es el fútbol muchas veces. Solemos poner el foco en lo que, según dicen algunos, más vende o, en lo más importante, saltándonos en ocasiones la idea de que hay vida más allá de eso. Por ejemplo, en Alemania, Bayern y Dortmund acaparan portadas y, estando otros equipos mejor, siguen siendo esos dos los que más información dan o de los que más se suele hablar. Como en Alemania, pasa eso en todos los países, en las grandes ligas y, sobre todo, en ligas menores. Con las individualidades pasa algo parecido. Queda claro que el fútbol es un deporte de equipo y que solo las estadísticas pueden ser valedoras para destacar a una persona por encima del resto. Sin embargo, muchas veces esto no pasa.
En esa disyuntiva se encuentra Péter Gulácsi, miembro de la selección húngara que, diez años atrás, cuando el RB Leipzig daba sus primeros pasos, finalizó un Mundial Sub20 en tercer lugar, por detrás de Ghana y Brasil. Gulácsi desarrolló su carrera en Inglaterra, hasta llegar a las filas del RB Salzburg cuando los de Leipzig aún llevaban chupete. Ese paso a Austria sirvió para que el portero diera el salto a Alemania justo el año en el que se consiguió el ansiado ascenso a la Bundesliga. Péter quedó en su primer año a la sombra de Fabio Coltorti pero, a partir de ahí, se convirtió en el dueño y señor de la portería de Die Roten Bullen.
Con Gulácsi en la portería el equipo recién llegado a la élite finalizó su temporada de debut en segunda posición y, la pasada campaña, clasificó para Europa de nuevo, pero para jugar la otra competición continental. Gulacsi fue pieza clave pero, en este año, lo ha sido aún más. La importancia de la defensa de Leipzig en esta temporada está siendo brutal. Con una mezcla de jugadores jóvenes y otros con algo de experiencia, los de Ralf Rangnick son, con diferencia, el equipo menos goleado de la liga, Gulácsi, que ha disputado hasta ahora todos los minutos en la competición liguera, ha encajado solo 20 goles, tan solo tres más que Manuel Neuer y seis menos que Roman Bürki, los dos guardametas de los dos grandes clubes del fútbol alemán en la última década. El húngaro comparte con Yann Sommer, el haber dejado esta temporada su portería a cero durante 11 partidos, algunos más que los porteros de los dos transatlánticos.
Aún así, con la gran temporada que llevan, siendo el tercero de la liga y encajando tan pocos goles, se le ha dado poca importancia a su gesta, la del portero de un equipo pequeño con piel de grande. Sin estrellas en su zona defensiva y con Péter Gulácsi como referencia, el conjunto del Este ha conseguido forjar una muralla muy difícil de superar y ha colocado a su portero entre los mejores del continente.
Aunque no tenga el nombre que tienen otros o la relevancia de éstos, lo que Péter Gulácsi está consiguiendo en esta temporada con el RB Leipzig desde la humildad y el buen trabajo, le convierte en un ser infravalorado. No ocupa portadas, pero cumple su función. No llama la atención por sus estridencias, pero el club está creciendo con él de la mano y en una posición tan importante como lo es la del portero. Gulácsi aún tiene cuerda para rato y quiere hacerse grande con el club que le dio la oportunidad de competir entre los grandes, siendo aún un club de Segunda División. Su futuro nadie lo sabe, pero su presente supera las expectativas que cualquiera podía imaginar. Es, de momento, el guardameta menos goleado de la Bundesliga y, con permiso de Yann Sommer, que le empata, el que ha dejado a un rival sin marcar en más ocasiones.
Merece todo un respeto. Pero no es solo eso. Péter es, también, el portero mejor valorado de la competición y, también, el titular en una estadística de equipo demoledora, puesto que el RB Leipzig es el único conjunto de la Bundesliga que concede menos de una ocasión por partido. Mérito no solo del último (o primer) hombre, dependiendo de como se mire. Sus rivales tienen muy pocas pero, las que tienen, generalmente ven a Péter Gulácsi al frente y, generalmente, no acaban en gol.
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