El Sevilla obtuvo hoy un agridulce triunfo por 2-1 ante el Leicester que dejó completamente abierta la eliminatoria de octavos de final de la Liga de Campeones tras un vibrante encuentro de ida.
El conjunto de Jorge Sampaoli se adelantó con los goles de Pablo Sarabia y Joaquín Correa, quien previamente había desperdiciado un penal, pero el equipo inglés sumó un gol de oro por mediación de Jamie Vardy en los instantes finales que castigó el buen trabajo hecho por su rival.
El Sevilla no supo leer el partido, que Sampaoli vio desde un palco al tener que cumplir un encuentro de sanción. Con la suculenta renta de dos tantos descuidó marcas atrás, y eso es un pecado en una competición como la Liga de Campeones. Su valentía fue osadía hasta rozar la temeridad y el Leicester lo penalizó.
El equipo español llevó el peso del encuentro ante un rival que se replegó mucho y apenas buscó tímidos contraataques. Consciente de su mal momento en la Premier League, donde juega por evitar el descenso, mostró un enorme respeto por su rival.
El Sevilla tuvo la primera gran ocasión a los 14 minutos, con un penal cometido sobre Correa. El argentino lo pidió, tiró muy mal y Kasper Schmeichel paró con cierta facilidad. El equipo español tiene un problema desde los 11 metros, como lleva evidenciando desde que comenzó la temporada.
Sin embargo, el conjunto local siguió con su plan: atacar y atacar. Y obtuvo su premio a los 24 minutos con un gol de Sarabia gracias a un impecable y difícil cabezazo. Con ventaja española llegó el descanso.
Nada cambió tras el intermedio y el Sevilla siguió gobernando el duelo. Vitolo pudo incrementar la cuenta local con un remate que se estrelló en la madera, aunque el equipo de Sampaoli esperó a los 62 minutos para hacer el segundo tanto, obra de Correa tras jugada del montenegrino Stevan Jovetic.
Sin embargo, el Sevilla pecó de osadía y en vez de manejar el duelo con el resultado tan a favor, se descuidó y por ahí le enganchó el Leicester, donde Vardy encontró un resquicio para clavar su aguijón a los 73 minutos. De ahí hasta el final todo fue un asedio del Sevilla y Rami mandó otro balón al poste. Mereció mejor suerte el conjunto de Sampaoli, pues fue mucho mejor que un rival que sólo se defendió y aprovechó al máximo lo poco que tuvo. Eso es saber jugar una eliminatoria. Por eso el pase se resolverá en la casa del Leicester, con todo por definir.