Es oficial. El 30 de junio Sergio Busquets dejará el Fútbol Club Barcelona y también nuestra Liga. Una puñalada al corazón. Llegó como juvenil y durante 15 temporadas ha sumado más de 700 partidos y coleccionado 31 títulos. Aficionado, socio, jugador, capitán y desde ya: leyenda. Si eres culer -y aunque no lo seas- ahora mismo tal vez te sientas como si te acabaran de amputar una mano. Una mano que fue la batuta del mejor Barça de la historia. La mano del rey. La mano que mecía la cuna.
‘Busi’ llegó al Camp Nou en 2008 como ‘el hijo del portero’ (Carles Busquets) y se marcha en 2023 como el mejor ‘5’ de la historia del fútbol moderno. 15 años de evolución, revolución y de clase magistral continuada. Alabado por Vicente Del Bosque, Alex Ferguson o Román Riquelme, entre tantos otros, Busquets elevó la posición del ‘pivote defensivo’ a otro nivel. Una nueva dimensión del ‘toco y me voy’ desconocida hasta su irrupción.
Su marcha también nos recuerda lo inexorable y cabrón que es el paso del tiempo. Crecimos con él. Vimos cómo debutaba de la mano de Guardiola. Vimos cómo le llovían palos tras la derrota ante Suiza en el primer partido del Mundial de Sudáfrica 2010. Vimos cómo se levantó y se erigió en ancla, faro, brújula y compás del mejor Barça y la mejor Selección Española de la historia. Un camino inolvidable el suyo del que todos hemos sido cómplices desde el sofá. Qué orgullo haberlo podido presenciar. Qué lujo ser testigos de la excelencia. Su marcha es un ‘fin de ciclo’ de manual. Todos esos momentos que protagonizó junto a sus ínclitos socios (Messi, Iniesta, Piqué, Puyol o Xavi) se perderán como lágrimas en la lluvia.
Busi dice adiós y eso habla muy bien de él. Lo hace con una nueva Liga ganada y con clase, mucha clase. En esta vida es importante saber soltar y no todos lo sabemos hacer. Despedirte de aquello que has amado es un ejercicio de madurez y responsabilidad. Decir adiós a lo que quieres es doloroso, sí, pero a veces necesario. Tempus fugit.
Gracias, Busi.
Foto cabecera: Getty Images
