Las lesiones son el calvario de todo deportista. Nadie quiere lesionarse y mucho menos que se convierta en costumbre como le pasa a nuestro protagonista. La mala suerte de Samir Nasri con las lesiones es increíble. Desde finales del 2014, el francés ha sufrido varios percances de manera continuada que no le han permitido volver a ser el que era.
A finales de septiembre del año pasado, Nasri tuvo que ser operado por un problema muscular en la ingle que le mantuvo alejado de los terrenos de juego un mes. Tras esa lesión, Nasri cosechó grandes partidos, cómo por ejemplo el Roma – Manchester City de Champions League en el que Samir dio la victoria a su equipo y con ella el pase a octavos de final. Todo parecía ir bien, pero con el 2015 llegó un nuevo problema muscular que le dejó otro mes fuera.
El 3 de mayo en un partido de liga frente al Tottenham Hotspur, el jugador del Manchester City salió en sustitución de Lampard, pero solo estuvo tres minutos sobre el césped. La lesión en la ingle había vuelto y le hizo perderse lo que restaba de temporada. La llegada de Sterling y De Bruyne al club este verano y la continuidad de Jesús Navas, jugadores que pueden ocupar su posición, suponían una mayor exigencia y competitividad por hacerse con un hueco entre los titulares. Pero los meses de septiembre y octubre se los pasó entre la enfermería y el césped por diversos problemas con su estado físico.
Esta mala racha parece no tener fin. Este fin de semana, Nasri anunció en las redes sociales que tuvo que volver a pasar por el quirófano para operarse de una lesión en los isquiotibiales que le dejará K.O entre cuatro y seis meses. La lesión más dura del francés.
Muy mala suerte la que está teniendo el ‘citizen‘ en este último año. Las lesiones no le han dejado progresar y le privan de hacer lo que más le gusta. Después de tanto tiempo entre algodones y de idas y venidas, Nasri se estará preguntando: ¿por qué a mí?