Robert Kubica firmó su regreso a la Fórmula 1 a finales del
pasado año. El piloto polaco volvía a la categoría tras marcharse en 2010. Su
accidente en el Rallye de Andorra marcó claramente su carrera. Tuvo que dejar
la competición y empezar un largo proceso de recuperación. Su brazo quedó muy
dañado, hasta el punto de que a día de hoy se sigue notando la diferencia de
musculatura entre ambos.
El polaco nunca se rindió en su sueño de volver a la Fórmula
1. Trabajó durante muchos años sin descanso para agarrarse a cualquier
posibilidad, por pequeña que fuera, de volver a la parrilla. A finales de 2018
lo consiguió. Williams le ofreció un asiento tras la marcha de Lance Stroll a
Racing Point. Pero lo hizo trayendo un buen maletín de billetes bajo el brazo.
No los puso él, sino una petrolera polaca. Por supuesto que se ganó su asiento
en el equipo, pero la aportación monetaria de su patrocinador fue clave para
que veamos hoy a Kubica en Fórmula 1.
No es el primer piloto, ni será el último, que tiene un
asiento en la parrilla gracias a sus patrocinadores. Esto también es parte del
juego. El asunto es que el dinero no puede ocultar el verdadero problema del
polaco: no tiene nivel para estar en Fórmula 1. Lo ha demostrado en los cinco
primeros Grandes Premios. Tiene de compañero de garaje a George Russell,
debutante en la categoría. El británico le ha superado en todas las sesiones de
clasificación y carrera. Es cierto que Robert viene de mucho tiempo sin
competir al primer nivel, pero las excusas no valen en la máxima categoría del
motor.
La situación de Williams no ayuda, eso está claro. El equipo
pasa por su peor momento, con un monoplaza muy lento y agonizando por continuar
en la categoría. Son, con mucha diferencia, el peor equipo y no parece que
puedan revertir esta situación en el corto plazo. Pero esto no debe justificar
el mal rendimiento de Kubica.
Robert no se ha mordido la lengua con la mala situación de
su equipo, y en más de una ocasión ha criticado el nivel de su monoplaza.
Incluso ha llegado a decir que el chasis de su compañero era mejor que el suyo.
En Williams decidieron cambiar los chasis para el Gran Premio de España y la
sorpresa para el polaco tuvo que ser bastante grande. Russell declaró que no
sintió ninguna diferencia entre ambos. Además, volvió a quedar por encima de su
compañero.
A Kubica se le acaba el crédito en Fórmula 1. Verle regresar
a la categoría es algo bastante bonito. Un claro ejemplo de superación y
fortaleza. Pura resiliencia. Pero lo que no puede ser es que esté mostrando
este bajo nivel. Hay muchos pilotos jóvenes que merecen una oportunidad. Ver a
Robert con este nivel no es lo mejor. Por supuesto que estos pilotos puede que
lleguen con un patrocinador de la mano como hizo el actual piloto de Williams,
pero este bajo rendimiento no es admisible para un equipo de Fórmula 1.
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