El Rayo Vallecano descendió a Segunda División cinco temporadas después. En ese tiempo, el equipo dirigido casi al completo por Paco Jémez tuvo que reinventarse cada temporada fichando jugadores libres o cedidos y vendiendo futbolistas desconocidos que acaban rindiendo de forma sorprendente (Michu, Piti, Leo Baptistao). Esta vez al Rayo no le valió y su sueño se evaporó. Sus problemas en defensa y en la portería mermaron a un equipo que sí sabía jugar y atacar. Tres de sus jugadores superaron los 10 goles y Trashorras fue el que más pases dio del campeonato (2.349) por segundo año consecutivo, por delante de Kroos o Busquets.
Pero no fue suficiente. Ganar en Anoeta habría ido la llave para quedarse en Primera, pero jugaron uno de los peores partidos de la temporada. Sobre sus cabezas hay una nube de sospechas todavía sin apaciguar, pero Jémez no duda de sus jugadores. Y los rayistas tampoco.
- Posición: 18º (38 puntos)
- Balance: 9 victorias, 11 empates y 18 derrotas.
- Dato: El Rayo fue el quinto equipo más goleador del torneo, con 52 tantos. A cambio, encajó 72 goles.
- Opinión: El día que llegué (Raúl Granado, RayoHerald)
- El mejor: Jozabed Sánchez. La sorpresa más agradable entre tanto infortunio. Paco Jémez dio confianza a un chaval que apenas había debutado en Primera División. Con el tiempo, comenzó a ser la principal baza en ataque de los de Vallecas, incluso por encima de delanteros como Javi Guerra o Miku. Acabó siendo el centrocampista con más goles del torneo (10).
- Máximo goleador: Javi Guerra (12 goles)
- Once con más minutos: Juan Carlos; Tito, Zé Castro, Llorente, Quini; Trashorras, Baena, Jozabed, Bebé, Pablo Hernández; Javi Guerra.
Temporada: El Rayo iniciaba su andadura en la temporada con hasta 14 nuevas incorporaciones y 17 salidas. La enésima reinvención de un club sin recursos económicos para retener a sus mejores jugadores. Esta vez, no bastó para quedarse en Primera.
La primera victoria llegó en la cuarta jornada, con un gol de Javi Guerra en Las Palmas. Le siguió otra victoria ante otro rival directo, el Sporting (2-1). Aunque cayó de forma estrepitosa ante el Barça (5-2), los de Paco Jémez mostraron una gran versión en el aspecto ofensivo. El 3-0 al Espanyol y el 2-1 al Granada colocaron al equipo en undécima posición, a cuatro puntos del descenso.
Pero el Rayo dejó de ganar. Su fragilidad defensiva y la mala suerte en la portería –Toño se lesionó y Juan Carlos y Yoel no estuvieron a la altura- no compensaban la facilidad para llegar a la meta contraria. Nueve partidos -entre ellos el 10-2 en el Bernabéu- sin conseguir un triunfo fueron suficientes para volver al abismo. Acabaron la primera vuelta en penúltima posición.
La confianza hacia Jémez, al contrario que el resto de equipos que pelearon por no descender, permaneció intacta. Muchas veces había llegado el equipo madrileño a esta situación, y en todas había sabido sacarlo adelante. Un empate en Mestalla que debió ser victoria (2-2) dio moral al Rayo, que ganó 3-0 al Celta en la siguiente jornada. Eso le llevó a seis partidos sin perder (dos victorias y cuatro empates) hasta caer de nuevo goleado ante el Barça (1-5).
No fallaron en un partido decisivo por no bajar cuando le ganó 2-0 al Getafe con goles de Guerra y un Miku que resultó clave (10 goles en la segunda vuelta). Sin embargo el calendario no era el más óptimo, y aunque logró ganar al Villarreal (2-1) para colocarse a cinco puntos del descenso a falta de cinco jornadas, los de Jémez sumaron cuatro derrotas consecutivas que provocaron su descenso. Encajaron un gol del Málaga en el 91′, dejaron escapar una ventaja de 2-0 ante el Madrid, cayeron por 1-0 en el Calderón y perdieron por 2-1 ante una Real Sociedad que no se jugaba nada (el partido está siendo investigado, según El Mundo, por sospecha de que algunos jugadores cobraron por dejarse ganar).
La victoria ante el Levante en la última jornada no sirvió para nada. El Rayo vuelve a Segunda con su filosofía y valores intactos, pero con la certeza de no haber dado lo suficiente para quedarse en la máxima categoría.