El español Pablo Carreño está a un paso de una final del US Open sin haber cedido sets y sin haber jugado ante un top 30. Su capacidad en la pista, su fortuna en el sorteo y la caída de los favoritos por su lado del cuadro se conjugaron para que el tenista de 26 años esté ante una oportunidad histórica. El sudafricano Kevin Anderson será el último obstáculo entre Carreño y la final del domingo.
De esa manera, el 12º favorito, que batió por 6-4, 6-4 y 6-2 al argentino Diego Schwartman en dos horas de juego, podría llegar a la definición sin haberse cruzado con un top 20, en un certamen donde además faltaron nombres fuertes como el británico Andy Murray, el serbio Novak Djokovic, el suizo Stanislas Wawrinka, el canadiense Milos Raonic o el japonés Kei Nishikori.
Muy distinto es el panorama por el otro lado del cuadro, con unos cuartos de final que tienen protagonistas más afamados como el español Rafael Nadal y el suizo Roger Federer, dueños de 34 Grand Slam entre los dos, o incluso el argentino Juan Martín del Potro, campeón en Nueva York en 2009. Sólo el ruso Andrey Rublev, estrella emergente del circuito a los 19 años que eliminó al búlgaro Grigor Dimitrov y el belga David Goffin, cuenta con menos pergaminos que los posibles finalistas de la parte baja del cuadro.
«Los sorteos son así. A veces tienes suerte y a veces tienes mala suerte. Me pasó tener que debutar en un Grand Slam contra Roger Federer en Roland Garros. Cuando te toca uno favorable, lo tienes que aprovechar en la pista», explica Carreño
Pero no sólo eso. Para Carreño, la victoria de hoy ante Schwartzman significó la primera en este US Open ante un tenista no surgido de la clasificación. En la primera ronda batió al local Evan King, en la segunda vuelta superó al británico Cameron Norrie, en la tercera se impuso al francés Nicolas Mahut y en la cuarta le ganó al canadiense Denis Shapovalov, todos proveniente de la «qualy».
«Tuve un inicio de cuadro asequible, contra rivales de no tanta entidad, que a medida que vas ganando partidos te hacen ganar confianza y coger ritmo. No me quito méritos por eso. En Roland Garros le gané a (Grigor) Dimitrov y (Milos) Raonic, que son consagrados, pero el camino aquí tampoco fue fácil», concedió Carreño, que igualmente no le restó valor a lo conseguido.
Querrey, vigésimo primero en el escalafón, o Anderson, trigésimo segundo en el listado, serán el próximo escollo. Nada mal para una semifinal de Grand Slam, y Carreño lo sabe mejor que nadie.
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