Entre las ciudades de Austin (Texas) y Norman (Oklahoma) hay 532,36 kilómetros de distancia. A medio camino de ambas se encuentra Dallas, donde desde 1912 se celebra uno de los grandes partidos del fútbol americano universitario: el Oklahoma Sooners vs Texas Longhorns.
El duelo entre las universidades de Oklahoma y Texas recibe su nombre por el río Rojo, el afluente del río Misisipi que forma la frontera entre ambos Estados. Tradicionalmente se le conocía como Red River Shootout, pero la corrección política (evitar alusiones al uso de armas) causó el cambio de denominación. El primer enfrentamiento entre ambos programas de football tuvo lugar el 10 de octubre de 1900, con victoria para Texas por 28-2. Desde entonces se han medido en más de un centenar de ocasiones, con balance favorable a los Longhorns: 62-48-5 a fecha de 2019.
Una de las peculiaridades del Red River Showdown es que se celebra en sede neutral. Esto es así desde 1912, año en el que Dallas se convirtió en el escenario del partido al estar más o menos a la misma distancia de los campus de las dos universidades. El ambiente del sábado del partido es espectacular no sólo por la pasión que levanta la rivalidad, sino también porque se celebra en plena Feria Estatal de Texas. Ni que decir tiene que las gradas del Cotton Bowl rebosan colorido naranja y carmesí hasta los topes.
Después del encuentro se reparten hasta tres trofeos. El más conocido es el Golden Hat, una reproducción de oro del clásico sobrero vaquero tan típico, por supuesto, de Texas y Oklahoma. Los jugadores del equipo vencedor no dudan en desmontarlo de su base y ponérselo mientras celebran el triunfo sobre el campo. El segundo trofeo más popular es el que se intercambian los gobernadores de los dos Estados: ni más ni menos que una pieza de carne de vacuno con el que el perdedor agasaja al ganador, si bien es cierto que siempre se dona a la caridad. El más reciente es el Red River Rivalry Trophy, creado por las Asociaciones de Estudiantes de ambas universidades y que se otorga desde 2003
Los enfrentamientos entre Sooners y Longhorns han dejado momentos para historia del college football. Por ejemplo, en 1976 el legendario entrenador de Texas, Darrell Royal, acusó a su homólogo de UO, Barry Switzer, de espiar sus tácticas. La tensión fue tal que el mismísimo presidente Gerald Ford bajó al césped para tratar de mediar, sin éxito, entre ambos técnicos.
El Red River Showdown ha tenido emoción en forma de partidos resueltos por jugadas defensivas en los últimos instantes (la Stone Cold Stop de Stonie Clark a favor de los Longhorns en 1994 o la The Play de Roy Williams a favor de los Sooners en 2001), duelos memorables entre quarterbacks (Colt McCoy vs Sam Bradford), amagos de remontadas épicas y, en menor medida, palizas. Y es que los partidos entre Texas Longhorns y Oklahoma Sooners son una cita ineludible. Puro western, puro college football.
Imagen de cabecera: Ronald Martinez/Getty Images
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