La polivalencia, por norma general, es una ventaja que posee el jugador. Para un entrenador es una bendición que algunos futbolistas jueguen bien en varias posiciones y resuelvan problemas. En Osasuna también existen de este tipo y, en concreto, se encarna en un jugador: Oier Sanjurjo.
Oier se ha convertido en un jugador esencial para Diego Martínez. Aunque no solo para el nuevo técnico del club, ya que los entrenadores siempre han contado con él. Muchos se han preguntado qué tiene de especial este jugador, pues ni posee una calidad exquisita ni su fútbol es vistoso.
La polivalencia, un problema
En su dilatada carrera el navarro ha jugado de central, pivote y lateral. Y, seguramente, gracias a ello ha tenido más minutos sobre el terreno de juego, ya sea en Primera o Segunda. Sin embargo, que Oier pueda jugar en tres posiciones ha sido, a la larga, incluso un problema para él. O más que para él, para los aficionados. La hinchada rojilla nunca se ha puesto de acuerdo sobre el nivel de Oier en las tres posiciones. Ha cumplido siempre, sí, pero… ¿se necesita algo más? ¿Ha quitado el sitio a mejores jugadores?
Son preguntas que han surgido muchas veces una vez terminaba el encuentro. Y cada simpatizante del equipo argumentaba los pros y los contras de Oier en las diferentes posiciones. Pero lo cierto es que aunque muchos llevemos un entrenador dentro, no lo somos de manera profesional y quien de verdad dirige el equipo sí ha confiado plenamente en Oier.
Un plus como central
De pivote, Oier es bueno en la contención pero no ayuda en exceso en la creación de juego. De lateral, se destapa que no es un jugador rápido y que su calidad técnica no destaca entre las mejores. Ver que le ganan la espalda es habitual cuando ocupa esta posición. Es certero decir que de central el futbolista se ha hecho más grande.
En esta temporada empezó jugando de lateral cuando Diego Martínez todavía buscaba su once. No tardaron en surgir las críticas y el culmen llegó con su expulsión ante la Cultural Leonesa. En realidad, por sanción debido a aquella doble amarilla, Oier solo se ha perdido un partido de liga y desde entonces y en la posición de central Oier ha resurgido para guiar a Osasuna.
El canterano se ha ganado las alabanzas incluso de sus detractores. Como central, Oier dirige, manda, ordena y mantiene concentrados a sus compañeros. La jerarquía es un mayor baza y en Osasuna estos aspectos del juego equivalen a convertirse incluso en el mejor jugador del partido. Además, ha empezado la temporada en plena forma, pues también va bien al corte, se anticipa, juega desde atrás y se multiplica ayudando al lateral.
Oier es Osasuna y ha vuelto a demostrar que es un futbolista válido para jugar en el equipo rojillo. De él se puede discutir su calidad con la pelota, pero nunca el compromiso con la camiseta o cómo lidera los valores básicos del club. Después de todo, en Osasuna juegan Oier y diez más.
Foto principal: CA Osasuna
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