El Mundial de atletismo que acaba de terminar en Londres, el de la despedida de Usain Bolt y el de los récords de títulos y medallas de Allyson Felix, tuvo el estreno de una prueba, los 50 km marcha femenino.
Dejando al margen la altura de las vallas y obstáculos y el peso de los artefactos de lanzamiento, con la inclusión a última hora de la prueba larga de marcha solo queda que la combinada femenina sea un decatlón para alcanzar la paridad total entre pruebas masculinas y femeninas.
Los 50 km marcha femeninos fueron añadidos a última hora y tan solo compitieron siete mujeres, cuatro la acabaron y la vencedora fue la portuguesa Inês Henriques que, con 4h05’56’’, batió su propia plusmarca mundial establecida a principios de año en 4h08’26’’, el primer récord mundial oficial en la historia de la prueba.
Historia
Se han disputado 50 pruebas en la historia del Mundial de atletismo, 24 en categoría masculina y 26 en la femenina porque los 3000 metros lisos y los 10 km marcha solo se han celebrado entre mujeres. Y de las 50 pruebas, solo en cinco se batió el récord mundial en el debut de la misma.
En el primer Mundial de la historia, Helsinki 1983, se estrenaron 23 pruebas masculinas y 15 femeninas. Aunque parezca raro, y debido a que la IAAF les otorga rango de campeonato del mundo, tres se estrenaron antes, los 50 km marcha masculino en 1976 y los 3000 lisos femeninos y los 400 vallas femeninos en 1980.
Luego se fueron añadiendo el resto de pruebas femeninas, 10000 lisos y 10 km marcha (1987), 5000 lisos (1995), triple salto (1993), 20 km marcha, martillo y pértiga (1999), 3000 obstáculos (2005) y 50 km marcha (2017).
Los récords en el debut. 400 metros lisos femeninos (1983)
Marita Koch, campeona olímpica de 400 metros en Moscú 1980, disputó en el primer Mundial las pruebas de 100 y 200 metros (fue plata en la primera y oro en la segunda) pese a que era, desde 1978, la plusmarquista mundial de la vuelta a la pista con un mejor registro de 48’’16 establecido en 1982.
Ausente la referencia de la prueba el favoritismo recayó en Jarmila Kratochvílová. La checoslovaca había corrido en cinco ocasiones por debajo de 49 segundos pero en la final del Mundial fue más allá y recorrió los 400 metros en 47’’99, mejorando en 46 centésimas su marca personal y en 17 centésimas el récord mundial.
Esa marca de Kratochvílová se mantiene como récord de los campeonatos del mundo y no es récord mundial porque Marita Koch regresó a la prueba y en la Copa del Mundo de 1985 en Canberra hizo 47’’60.
Relevo 4×100 masculino (1983)
Estados Unidos solo alcanzó el podio en uno de los relevos del primer Mundial, el de 4×100 masculino, donde era prácticamente invencible porque contaba con los tres medallistas de la prueba individual, Carl Lewis, Calvin Smith y Emmit King.
El récord mundial lo tenía Estados Unidos, con un equipo completamente distinto, desde 1977 con una marca de 38’’03, registro al que se acercaron en series (38’’75) y semis (38’’50) y que destrozaron en la final (37’’86) con Carl Lewis completando la última posta en 8’’98. El récord no duró mucho –lo batió Estados Unidos en Los Ángeles 1984– pero, aunque ha sido superado en repetidas ocasiones, es una marca con la que se hubiera sido cuarto en Río 2016 y bronce en el reciente Mundial de Londres.
El 4×100 de USA en Los Angeles 1984 (AP Photo)
Triple salto femenino (1993)
El triple femenino se estrenó en el Mundial con un récord a las puertas de los 15 metros. La plusmarquista era la rusa Yolanda Chen que, dos meses antes del campeonato, se quedó en 14,97m.
Y fue otra rusa, Anna Biryukova, la primera campeona del mundo y la primera mujer en rebasar los 15 metros. Biryukova hizo un concurso magnífico, situándose líder en el primer salto (14,62m), mejorándolo en el segundo (14,77m) y yéndose hasta los 15,09m en el quinto.
La plusmarca fue batida en el siguiente mundial, Göteborg 1995 y su pasillo mágico para el triple porque los récords de Jonathan Edwards (18,29m) e Inessa Kravets (15,50m) se mantienen en vigor, y desde Biryukova hasta hoy otras quince mujeres han saltado 15,10m o más.
Pértiga femenina (1999)
La pértiga debutó en Sevilla 1999 con dos plusmarquistas mundiales compitiendo a la vez, la checa Daniela Bártová que llevó el récord hasta 4,22m y la australiana Emma George que lo elevó hasta 4,60m. Ambas decepcionaron en el Mundial, especialmente George que se quedó en 4,15m, pero el concurso fue espectacular con la estadounidense Stacy Dragila saltando a la segunda 4,60m y, por tanto, igualando el récord mundial, y la propia Dragila y la ucraniana Anzhela Balakhonova intentando sin éxito sobrepasar los 4,65m.
La prueba tuvo una evolución meteórica, especialmente con Elena Isinbayeva, y a día de hoy, saltando 4,60m, es prácticamente imposible lograr medalla en cualquier gran campeonato.
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