Debieron temblar los cimientos de la sede de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) cuando encendieron el móvil y vieron una publicación de Leo Messi en Instagram. Mientras el Kun Agüero sorbía algún tipo de brebaje (¿mate?), a su lado, en el avión, estaba el mejor jugador del mundo con cara de muy malas pulgas (nunca mejor dicho).
«Una vez mas esperando en un avión para intentar salir al destino .. Que desastre son los de AFA por dios !!!!», reza el texto que acompaña la foto. Rápidamente se hizo viral y las redes sociales clamaron contra la Federación al tiempo que daban la razón al astro argentino. La justificación del retraso (debido a cuestiones climáticas) no ha contentado a nadie. En la víspera de su cumpleaños, Messi lanzó un dardo venenoso hacia unos dirigentes desde hace tiempo en el alambre.
Hace un año que se revelaron escuchas con sospechas de corrupción y evasión de impuestos en la AFA. El gobierno, queriendo intervenir a raíz de los problemas económicos, estuvo a punto de provocar la no participación de Argentina en la Copa América Centenario poco antes de su inauguración. Este mismo jueves, una jueza procesó a Luis Segura, presidente de la federación, por irregularidades en los fondos de FPT (Fútbol para Todos), programa gubernamental que copa los derechos televisivos del fútbol argentino. También fueron procesados otros ex directivos importantes de AFA: José Lemme y Eduardo Spinosa (ex tesoreros de AFA), Miguel Silva (secretario general), Carlos Portell (expresidente de Banfield), Rafael Savino (expresidente de San Lorenzo) y Rubén Raposo (ex gerente financiero).
La AFA ha perdido toda credibilidad. La calidad de los jugadores del combinado albiceleste se contrapone con la ineficiencia de sus dirigentes, envueltos en un caos que afecta a la propia plantilla y a su técnico, Gerardo ‘Tata’ Marino, sin cobrar desde hace ocho meses. En ese sentido, parece hasta heroico que Argentina se haya clasificado para tres finales en los últimos tres años.
Problemas para hacer reuniones, falta de estructura en los juveniles (no hay técnicos en la base del fútbol argentino), descontrol con las fechas (Argentina jugó en Córdoba una semana antes de que actuara Iron Maiden y el césped estaba destrozado)… una larga lista que ahora también incluye una queja pública, alta y clara, de Leo Messi. Sin duda, el peor enemigo posible para AFA.
