El famoso estadio Maracaná de Río de Janeiro, en estado de abandono desde hace semanas, podría cambiar pronto de administrador, según publicó el portal ‘Globo’. La compañía Odebrecht quiere vender la concesión que tiene aún por los próximos 31 años. Los interesados son el grupo francés Lagardere y el consorcio GL Event, al que pertenecen entre otros los administradores de la Amsterdam Arena en Holanda. El estado de Río debe decidir próximamente sobre el nuevo concesionario de la mítica arena carioca, en la que se celebraron en agosto y septiembre las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.
Odebrecht, sacudida actualmente por varios escándalos de corrupción en una decena de países de América Latina, se negó en los últimos meses a gestionar el Maracaná, alegando que le fue devuelto en malas condiciones por el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos Río 2016. El estadio, sin embargo, está abandonado desde finales de 2016. El césped está seco, en tanto, y en sus instalaciones se reportaron robos y actos de vandalismo en las últimas semanas.
Los actuales administradores reclaman también que varias butacas fueron arrancadas de su sitio por las actividades de los Juegos, y que faltan televisores y otros aparatos. La Justicia de Río ordenó a Odebrecht a mediados de enero que retome la administración del estadio bajo pena de pagar una multa diaria equivalente a 58.000 euros, pero la compañía intenta recurrir la decisión. La Fedederación de Fútbol de Río de Janeiro, por su parte, acudió también a los tribunales para tratar de forzar la reapertura del Maracaná para el campeonato local. En el estadio se debían jugar inicialemente las semifinales de la Taça Guanabara, uno de los torneos de la Liga Carioca, a partir del 24 de febrero.