El joven Lance Stroll cumplió el sueño de llegar al mundo de la Fórmula 1 gracias a los millones de su padre, pero tres accidentes en las primeras pruebas en Barcelona ya llamaron la atención de los escépticos.
Con apenas 18 años, el piloto canadiense es el segundo más joven en llegar a la categoría reina del automovilismo después de Max Verstappen. Sin embargo, su llegada a Williams de la mano de la montaña de dinero familiar lo coloca en una posición muy distinta a la del prodigio holandés.
«Él tiene mi simpatía. Es el año más difícil para llegar a la Fórmula 1», afirmó el astro de Mercedes Lewis Hamilton sobre la presencia de Stroll. Los nuevos autos son mucho más rápidos y más difíciles de controlar que en años anteriores, lo que significa un desafío adicional para un piloto tan joven como el canadiense.
«No estoy seguro de si el desarrollo físico ya se ha completado a los 18 años. Eso es algo muy complicado. A esa edad estaba todavía en la escuela estudiando para lograr mi título», comentó el británico Jolyon Palmer, piloto de Renault.
Mañana Stroll volverá a subirse a su bólido en las nuevas pruebas en Barcelona, después de que hoy su experimentado compañero Felipe Massa hiciera el tiempo más rápido.
En los ensayos de la semana anterior, su Williams quedó dos veces varado al costado de la pista y en otra ocasión golpeó contra el paredón. Por los daños en el auto, el equipo perdió mucho tiempo y prácticamente dilapidó un día de ensayos.
«Esto no tiene nada que ver con el hecho de que soy demasiado joven. Sucede en todas las competiciones, cuando alguien va al 100%», se defendió Stroll.
A pesar de las críticas, el joven piloto confía en su talento. Después del título en la Fórmula 4 italiana hace tres años, también tuvo éxito en el torneo europeo de Fórmula 3.
La gran incógnita es que la promoción hacia categorías superiores llegó gracias al aporte de su padre, un rico industrial del mundo de la moda.
Coleccionista de autos Ferrari, Lawrence Stroll le compró a su hijo el primer karting a los cinco años y luego invirtió mucho dinero en los equipos a los que el joven Lance se fue incorporando.
Para dar el salto a la Fórmula 1, Stroll padre apeló a lo profundo de su bolsillo, incluso financiando una prueba de un mes en Williams hace tres años. También alquiló pistas del Mundial como Monza o Abu Dabi para que los ensayos de su hijo fueran lo más realista posible. Además, compró un nuevo simulador para la escudería británica.
De acuerdo a la estimación de la revista especializada «Auto, Motor und Sport», Stroll invirtió entre 70 y 80 millones de dólares para el proyecto de Fórmula 1 de su hijo.
Toda esa situación motivó dos grandes inconvenientes para el joven debutante: por un lado, todo el dinero invertido lo puso demasiado rápido ante los focos, aumentando de forma exponencial la presión sobre sus actuaciones. Y por otro, la envidia por su «cuna de oro» es evidente y ya recibe críticas sin siquiera haber largado un Gran Premio.
Ya en los circuitos, su padre no lo podrá ayudar. Además, los escépticos, los rivales y los críticos estarán dispuestos a caerle encima ante la mínima equivocación.
«Eso no me intimida. Me he preparado y sabía lo que me esperaba», aseguró Stroll, que tiene al siete veces campeón mundial Michael Schumacher como ídolo y espejo a imitar.
Por lo pronto, el 26 de marzo deberá rendir su prueba de idoneidad para la Fórmula 1, cuando comience la nueva temporada en Melbourne. Allí podrá a empezar a despejar dudas.