El calvario de McLaren Honda continúa en su tercer año de alianza, algo que tiene ya a todos de muy mal humor y con las armas cargadas. Por si fuese poco, Yasuke Hasewaga (jefe del apartado Honda F1), admitió recientemente que entraron en la Fórmula 1 pensando que sería «demasiado fácil», pero que les ha resultado «demasiado difícil lograr la nueva tecnología».
Éste ha sido el gran error de los fabricantes japoneses desde su llegada a la Fórmula 1 en 2015, pensar que un deporte como la Fórmula 1 es sencilla, todavía más después de la última experiencia en solitario de Honda en la categoría reina del automovilismo (2006 – 2008), un equipo que luego terminaron vendiendo a principios de 2009 tras los nefastos resultados conseguidos.
Jenson Button, año 2005, último año de Honda en F1 | Getty
Casualidades o no, el equipo que compró Honda Racing F1 Team fue Brawn GP, el equipo dirigido por Ross Brawn que fue capaz de alzarse con el Campeonato Mundial en su primer y único año de participación en la Fórmula 1… No sé si quizá por esa razón, los japoneses pensaron que volver a la F1 les podría dar el mismo resultado, pero no, en el 99,9% de los casos no es así.
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Más allá de el error grave de subestimar la nueva era híbrida de Fórmula 1, la cultura japonesa, el aislamiento, secretismo del trabajo de Honda y el largo recorrido que separan Sukura con el epicentro de la Fórmula 1 en Reino Unido (entre ellos Woking, sede de McLaren), hacen todavía más complicado que Honda pueda llegar a triunfar de manera inminente.
En un acto de sinceridad, Hasegawa también dijo lo siguiente: «Si encontramos una solución, tendremos que cambiar el motor para la quinta o sexta carrera, así que realmente espero actualizar nuestra especificación antes de eso, o en ese periodo de tiempo», palabras que no dan grandes esperanzas a los aficionados, ya que parece que todavía no hay solución a la vista para esta larga agonía que se encamina ya hacia su tercer año.
Hasegawa charla con Fernando Alonso | Getty
De momento, todavía no se puede descifrar el futuro, por lo que sólo podemos hablar del pasado y presente, un motor Honda que es incapaz de rendir a su máximo nivel y que tiene muchos defectos, un motor que es nuevo respecto a 2016, pero que ya tiene dos años de «experimentos» con el antiguo, que al parecer, sirvieron de poco o nada para los japoneses.
En definitiva, la Fórmula 1 es más complicada de lo que parece ser desde la barrera, veremos si Honda es capaz de resolver los problemas y llegar a lo alto del podio, o por lo contrario, acabará saliendo de la categoría con el rabo entre las piernas, como ya sucediese al finalizar la temporada 2008, tras tres años desastrosos.