El nombre ya de Josephine Onyia va a pasar a la historia de manera irremediable ligada a una sola palabra: dopaje. De hecho, la velocista española de origen nigeriano, especializada en las carreras de 60 y 100 metros vallas, está suspendida de por vida desde el pasado mes de enero por su reincidencia en el dopaje.
A sus cuatro positivos por dopaje, se añade uno más: el Comité Olímpico Español (COE) ha anunciado que uno de los 31 casos de positivos en las muestras reanalizadas de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 -14 de ellos de atletas rusos-, correspondía a un español. Concretamente, tal y como informa el diario AS, a Josephine Onyia.
La atleta llegaba a esos Juegos Olímpicos como una de las esperanzas de medalla para el equipo español en Pekín, aunque terminó cayendo en las semifinales de los 100 metros vallas. En esta modalidad Onyia todavía sigue siendo plusmarquista española, marca conseguida poco antes, en junio de 2008.
Luego, Onyia dio positivo cuatro veces más: en septiembre de 2008 dio positivo por metilhexanamina y por clembuterol en las pruebas de Lausana y Stuttgart. Pese a que la Federación de Atletismo Española (RFEA) la exculpó, finalmente la Federación Internacional (IAAF) la consiguió sancionar dos años tras recurrir al TAS. En 2011, nada más volver a las pistas, volvió a dar positivo por metilhexanamina y, tras otros dos años de sanción, volvió a dar positivo en los campeonatos de España en 2014.
Una tramposa por naturaleza que estará con letras de oro… en el libro negro del deporte español.