Craven Cottage fue escenario de una batalla gris, resuelta por lo que podría ser un golpe de suerte: un disparo lejano de Lisandro Martínez que, tras desviarse en Sasa Lukic, se coló en la portería. El Manchester United de Rúben Amorim se llevó el triunfo por 0-1, luchando por inquietar a su rival, y evidenciando algunas carencias en ataque.
Amorim sabía que tomar las riendas de los red revils no sería fácil. Desde noviembre, su misión no ha sido solo sumar puntos, sino reformular la identidad de un club que lleva en la mochila el peso de su historia. En los 15 partidos que lleva al mando, los destellos de su idea son intermitentes, como en este duelo donde su esquema de 3-4-3 volvió a mostrarse rígido y predecible en ataque, pero solvente en defensa.
Los carrileros altos y abiertos son una constante en su sistema, pero en ocasiones se les dificulta desequilibrar. Sin embargo, la línea de tres centrales, liderada por un Lisandro Martínez que se muestra cada vez más cómodo adelantando su posición, suele ser clave para mantener la solidez. Ayer Toby Collyer, un joven sustituto, protagonizó la jugada más simbólica del partido al despejar bajo palos un cabezazo que habría significado el empate. Ese sacrificio y concentración defensiva reflejan el espíritu en el que parece que el Manchester está trabajando para sobrevivir pero construyendo algo más sólido a su vez.
En Lisboa, Amorim tomó un club en crisis y lo transformó en campeón. Lo hizo con un estilo agresivo y transiciones rápidas, que quizás en ocasiones se eché en falta en Old Trafford. Su United muestra pinceladas de esa filosofía, como en la presión alta que incomodó a Fulham en fases del partido, pero aún carece de fluidez en las combinaciones y precisión en los últimos metros.
“Los cambios duelen”, dijo Amorim en su presentación. Para el técnico lisboeta, la paciencia no es una excusa, sino una estrategia. Y mientras construye su proyecto, noches sufridas como la de Londres muestran que en el fútbol a veces se necesita ganar sin convencer para seguir avanzando.