La selección española de baloncesto cayó hoy por 82-76 frente a la potencia de Estados Unidos en las semifinales de Río 2016 y perdió la posibilidad de ganar el primer oro olímpico de su historia.
El conjunto dirigido por Sergio Scariolo brindó pelea hasta el final pero no pudo dar la sorpresa ante el mejor equipo del torneo y precisamente su verdugo de los últimos cuatro Juegos consecutivos.
El conjunto dirigido por Mike Krzyzewski lo derrotó ya en cuartos de final de Atenas 2004, las finales de Pekín 2008 y Londres 2012 y las semifinales de hoy, en Río de Janeiro.
El conjunto ibérico pudo plantarle batalla a un rival que se impuso gracias a su físico en la zona pintada y a la gran variedad de recursos en el lanzamiento exterior.
La diferencia de potencia en la zona pintada fue determinante a la hora de controlar ataques rivales y generar ocasiones ante tiros fallados.
«La diferencia del partido, la gran diferencia, fue el atleticismo de sus jugadores. Con su físico hicieron que nuestros ataques se dificultaran cada vez más y eso nos creó problemas para poder reducir la diferencia. Pero la distancia se hizo con el estado físico: rebotes, bloqueos e intimidación», explicó Scariolo.
El duelo estuvo marcado también por la dureza y prolijidad de las defensas, que provocaron a ambos equipos reducir considerablemente su porcentaje de efectividad de las anotaciones. De hecho, Estados Unidos registró su anotación más baja en todo el torneo.
«España no bajó del 52 por ciento en los últimos tres partidos y nosotros siempre nos mantuvimos alrededor del 50. Hoy ellos estuvieron en 39 y nosotros, en 42 por ciento. Nos costó marcar puntos a ambos. Fue realmente muy duro», detalló Mike Krzyzewski, técnico del conjunto norteamericano.
De esta manera, el equipo europeo disputará el duelo por la medalla de bronce el domingo frente al perdedor de la otra semifinal, entre Australia y Serbia.
Por su lado, el «Dream Team» buscará su tercera medalla de oro olímpica al hilo también el domingo contra el vencedor de ese duelo.
Pau Gasol fue el más destacado del conjunto ibérico, con 23 tantos y ocho rebotes, mientras que entre los norteamericanos se destacaron Klay Thompson, con 22 puntos, y DeAndre Jordan, con 16 rebotes.
La gran diferencia del resultado a favor de los estadounidenses se estableció en el primer cuarto, donde rescataron 16 rebotes, seis de ellos ofensivos, contra seis españoles. El último bicampeón olímpico logró sacar una diferencia de 26-17 en el parcial.
Mientras España, medallista de plata en 2008 y 2012, se recuperó en el juego precisamente gracias al aporte de sus habituales suplentes, Estados Unidos reposó en el poder anotador de Klay Thompson, quien se lució con cuatro triples y se hizo cargo de la ofensiva, ante un Kevin Durant más ausente.
Sobre el final, España no pudo reducir la distancia y terminó por pagar la desigualdad física en jugadas clave, como contraataques o pelotas sueltas debajo del aro.
«He jugado todo lo fuerte e intenso que he podido. He intentado darlo todo. No me he sentido al cien por cien, pero estoy contento de haber podido jugar», resaltó Gasol, que tuvo que afrontar el duelo con una fuerte contractura en el gemelo de su pierna derecha.
DPA