“Nací sin piernas y mi madre no podía cuidarme así que me abandonó. No le gustaba por mi discapacidad y me tiró a la carretera a mitad de la noche, para que cuando pasara un carro me atropellara y así me matara”. Estas declaraciones son de Emmanuel Hilton, un joven que las ha vivido de todos los colores y que hoy es una inspiración para todos aquellos que le rodean.
Emmanuel Hilton pasó una infancia terrible. Tras ser abandonado por su madre, una mujer le llevó a un orfanato de la República Dominicana del Congo. Hilton quería estudiar, pero ninguna escuela le aceptaba por su discapacidad. Por suerte, no obstante, fue en el propio orfanato cuando su vida dio un giro de 180 grados. El destino quiso que Michelle Hilton, su madre adoptiva, viese una foto suya en un boletín de una iglesia. Su futuro, incierto hasta ese momento, vio la luz al final del túnel gracias a esta familia norteamericana que decidió adoptarle. El proceso de adopción fue lento, cuatro años, pero ahora, por fin, vive y estudia en Pennsylvania y juega en el Blackhawk High School. Y todo ello con una sonrisa de oreja a oreja.
También juega a fútbol, como portera. Para su entrenador, Bryan Vitali, E-man, como es conocido Emmanuel Hilton, ha superado cualquier tipo de expectativa. Es más, Vitali afirma que se siente inspirado por él a cada día salir y hacer mejor su trabajo. Y lo mismo ocurre con sus compañeros que viendo cómo se entrega se autoexigen dar el máximo. Al fin y al cabo, él, como Turia Pitt, es un ejemplo de superación y, por tanto, un espejo en el que todos fijarnos.
Emmanuel cree que a día de hoy puede conseguir cualquier cosa. No es para menos después de todo lo que ha tenido que superar en esta vida. Haga lo que haga, puede sentirse orgulloso de ser cómo es.
Barcelona, 1996. Proyecto de periodista. Vocacional. FC Barcelona y Paris Saint-Germain. @uaoceu. Colaboro con @Radiodesvern, @SpheraSports y dirijo @PSGsphera.