Jamie Vardy vivió este fin de semana una despedida inolvidable en el King Power Stadium, poniendo punto final a una historia de trece años que cambió para siempre el destino del Leicester City. El delantero inglés, emblema absoluto del club, marcó su gol número 200 en su partido 500 con los ‘Foxes’ en la victoria por 2-0 ante el Ipswich Town, firmando así un adiós a la altura de su leyenda.
Un adiós con gol y homenaje multitudinario
Vardy, de 38 años, abrió el marcador en el minuto 28 y celebró con su habitual pasión, desatando la locura entre los aficionados, que llenaron las gradas de banderas con el mensaje “Thank you Vards”. El club preparó un homenaje especial: sus compañeros le dedicaron un pasillo de honor cuando fue sustituido en el minuto 80.
El delantero decidió no disputar el último partido de la temporada en Liverpool, eligiendo cerrar su ciclo en casa, ante su gente, y dejando una imagen imborrable para la afición.
De leyenda inesperada a héroe eterno
Llegado en 2012 desde el modesto Fleetwood Town, Vardy fue protagonista de la mayor hazaña en la historia reciente del fútbol inglés: la conquista de la Premier League en 2016, un título que sorprendió al mundo y que compartió con nombres como Kanté y Mahrez. Además, sumó una FA Cup en 2021, dos ascensos y vivió también dos descensos, el último consumado esta temporada.
Vardy se despide como el mejor jugador de la historia del Leicester, dejando una huella imborrable y el ejemplo de que la perseverancia y el talento pueden desafiar cualquier pronóstico. El King Power Stadium, y todo el fútbol inglés, le rinden homenaje a una carrera irrepetible.