El Sevilla logró hoy un valiosísimo empate 2-2 en su visita al Liverpool en la primera jornada de la Liga de Campeones, un resultado que le sabe a miel porque el equipo local fue mejor durante un gran tramo del partido, pero pagó cara una distracción.
Ben Yedder adelantó al conjunto español a los cinco minutos, pero el Liverpool volteó el marcador con los tantos de Firmino y Mohamed Salah. Sin embargo, Joaquín Correa puso las tablas definitivas a los 72 minutos.
El Liverpool lo hizo todo bien menos amarrar el triunfo. Jugó en líneas generales un gran partido, pero le faltó el poso de los conjuntos que se manejan bien y con experiencia en un torneo tan lleno de detalles como es la Liga de Campeones.
Ya empezó distraído y el Sevilla se adelantó pronto con un gol de Ben Yedder al completar una gran jugada colectiva del conjunto dirigido por Eduardo Berizzo.
Pero entonces se desató la «tormenta roja» y el Liverpool fue un huracán. El arquero español Sergio Rico vivió una pesadilla y fue el mejor de los suyos.
El conjunto de Jürgen Klopp igualó a los 21 minutos con un gol de Firmino con asistencia de Alberto Moreno y Salah volteó el marcador a los 37 minutos para impartir justicia en el marcador.
A los 42 minutos llegó la jugada decisiva del choque con un penal a favor del Liverpool que Firmino mandó al palo. Lo lamentaría muchísimo.
La segunda mitad también fue del Liverpool, pero se vio tan superior que se descuidó. Y el Sevilla, un equipo experimentado y acostumbrado a sobrevivir a momentos de zozobra, logró empatar a los 72 minutos con un tanto de Correa que llenó de gozo al banquillo local.
Para entonces ya no estaba Berizzo, expulsado por unas protestas. Y desde el vestuario pudo ver, paradojas que tiene el fútbol, la oportunidad postrera del delantero colombiano Luis Muriel que pudo haber dado el triunfo al equipo español. Erró clamorosamente, pero el Sevilla no se marchó de Anfield precisamente con gesto triste.
You must be logged in to post a comment Login