El suyo no ha sido un aterrizaje cualquiera. El hecho de (semi)confirmarse su incorporación mucho antes del inicio de temporada hizo que parte del aficionado culé pudiera dedicar más tiempo del habitual a buscar información para conocer a este brasileño de 21 años, nacido en Goiânia, que iba a ser uno de los fichajes del nuevo Barça. Dicha búsqueda de información no era un sinsentido. Más bien tenía un motivo muy simple: el bautizo mediático como ‘el nuevo Xavi’ con el que club y algunos medios de comunicación trataron de describirle. Una expresión de este tipo, tan habitual como innecesaria en el fútbol, puso encima de Arthur Henrique Ramos de Oliveira Melo un foco azulgrana que lo seguiría y examinaría hasta el día de su llegada, dada la necesidad que la afición tenía desde 2015 de encontrar una figura parecida al genio egarense, el mejor lector de juego que ha jugado en el Camp Nou y auténtico emblema del juego de posición que sienta las bases del conocido y comentado ‘estilo Barça’.
Es precisamente esta comparación con Xavi Hernández la que, desde mi punto de vista, ha hecho que Arthur haya empezado con tan buenas sensaciones su andadura como jugador del FC Barcelona. Normalmente sucede al revés, pero si opino que a Arthur no le está suponiendo una carga es porque percibo que el brasileño está plenamente cómodo sabiendo que es capaz de ofrecer las prestaciones del Xavi previo a 2008. Tengo la sensación que Arthur tiene metido en la cabeza que su participación, ahora mismo, se debe reducir a ofrecer una circulación del balón de alto ritmo y éxito, dos ítems que configuran lo que todos entendemos como calidad en el pase. Veo lógico que la semejanza con Xavi que todos divisamos le permita actuar con prudencia y sin ningún tipo de prisa para sacar a relucir el índice de verticalidad que (también) tiene su juego, y que sí se podía ver en el Gremio de Porto Alegre. ¿Qué le falta aquí para llegar a introducir dicha verticalidad? El estatus dentro del equipo que aún no posee.
Arthur es un privilegiado en el toque, tacto y trato de balón. No hace falta mucho más que una pretemporada para ver que se desenvuelve de forma brillante en la conducción y conservación. Sabe perfectamente que anteponer la posesión del esférico a la posible pérdida, aunque implique actuar con la alta dosis de horizontalidad mostrada hasta el momento, es algo bien valorado en el Camp Nou. Es un enamorado de la posesión, del “paso y me ofrezco”, del movimiento constante tras pase para facilitar que el balón le vuelva a llegar lo antes posible. En otras palabras, un jugador absolutamente válido para las tres posiciones del centro del campo (de ahí los minutos que le vamos a ver en la posición mediocentro para dar descanso a Busquets), para el juego de posición y para el modelo de juego con el que el FC Barcelona hizo historia y que nunca debió dejar de priorizar.
La concentración de minutos que Ernesto Valverde está otorgando a los teóricos titulares en este inicio de temporada no nos está permitiendo ver a Arthur tanto como desearíamos. Sin embargo, la sensación generalizada entre los miembros de la comunidad azulgrana es que estamos ante un jugador que puede entrar en el equipo en cualquier momento de cualquier partido y desarrollar su papel con absoluta solvencia, convirtiendo en un hecho la marcada prioridad de la secretaría técnica de tener un ‘fondo de armario’ con jugadores que, entre un corto y medio plazo, puedan acabar formando parte del once titular del Barça del futuro. Parece que esta sensación alrededor del jugador goianiense existe también en el vestuario. Una prueba irrefutable de ello la tenemos en los elogios que Messi, quien mide a la perfección todas sus palabras, ha dedicado a Arthur en una de sus primeras entrevistas como capitán.
La calidad de Arthur Melo le ha permitido encarar el primer tramo de temporada en una zona de confort a la que pocos fichajes jóvenes llegan con esa facilidad. La seguridad con la que juega, refugiándose de momento en la horizontalidad, permitirá que su índice de acierto en el pase no deje de aumentar. El acierto ayuda, reconforta, te da confianza y te lleva a plantearte nuevos retos. Nuevos pasos hacia adelante. En este caso, pasos en forma de pases para romper líneas, para buscar huecos en medio de una estructura defensiva, para ser protagonista a la hora de crear segundas líneas de peligro sobre el área rival o para abastecer de forma decisiva a los atacantes. En definitiva: para incrementar, a lo largo de los próximos meses y años, su ascendencia dentro del equipo.
Y es que no tengo ninguna duda de que con Arthur, al igual que pasó con Xavi, será este pase hacia adelante el que le llevará a dar el paso adelante más decisivo de su carrera.
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