Madrid. Capital mundial del kárate. Centro neurálgico de las artes marciales. El escenario perfecto para encumbrar a la karateca española Sandra Sánchez como campeona del mundo de kata. Y es que la de Talavera de la Reina llegaba a la capital de España con un único objetivo entre ceja y ceja: volver a demostrar, en una competición más, quién es la mejor. En esta ocasión, quién es la mejor del mundo. Así pues, la española no dio opción y se dejó la piel en cada movimiento para hacer de este mundial el mejor recuerdo de su carrera. Hasta la fecha…
Porque esta talaverana de 37 años vive y practica la kata como nunca antes se había visto. De ahí sus incontables reconocimientos, trofeos y medallas y su total y absoluto dominio del ranking mundial durante los últimos tres años. Lo más sorprendente de todo, además de su récord de 30 preseas en 30 competiciones (31 con este último metal logrado en el mundial de Madrid), es el factor meteórico que acompaña su trayectoria como profesional de la disciplina de kata. Pocos daban crédito a una karateca que comenzaba su andadura con 31 años (cuando entraba en la selección española). Mucho menos, por supuesto, cuando un año después aún no había sido capaz de alzarse campeona en ningún torneo y el futuro en España se tornaba oscuro para ella.
Así pues, sería su incursión en Dubái la que le permitiría empezar a ganar. Desde entonces, un título tras otro han ido sucediéndose hasta lograr la barbaridad de reconocimientos y medallas que podemos contar a día de hoy. Cuatro campeonatos de Europa consecutivos (2015, 2016, 2017 y, el último, logrado hace unos meses en Serbia), primera karateca española en subirse al primer puesto del ranking mundial en la categoría de kata (con este, ya son tres los años consecutivos en lo más alto) y, ahora, campeona del mundo. Una hazaña que le ha permitido ser reconocida por la Federación Mundial de Kárate (WKF) como la mejor karateca de la historia en la categoría de kata femenino dentro del ranking “All time”.
37 años y la motivación y los deseos de una chiquilla que comienza a competir. Madrid y su público fueron testigos de una actuación de ensueño que confirmó que el cartel de favorita que colgaba de su cuello antes de comenzar el torneo tenía todo el sentido del mundo. Nunca mejor dicho. La talavera pasó por encima de todas sus rivales, anotando un 5-0 en todos sus encuentros. La decisión de los jueces fue unánime en todos sus enfrentamientos hasta que llegó la final. En el día decisivo, el trabajo de los jueces tuvo mayor importancia que nunca. Ante la española, la japonesa Kiyou Shimizu (que ostentaba el título de campeona del mundo por segundo año consecutivo) también llegaba a la final habiendo derrotado a todas sus anteriores rivales por contundentes 5-0. Sin embargo, Sánchez fue mejor y, con un 3-2, le arrebató el cetro de campeona del mundo.
Ilusiones y ganas de seguir demostrando que la edad no será la que frene sus siguientes pasos, la de Talavera de la Reina tiene un nuevo objetivo en mente: Tokio 2020. Tras alzarse con el título en todo aquel torneo en el que ha participado y, especialmente, tras ser campeona del mundo, ahora sólo queda lograr la medalla olímpica. Seguir entrenando y mantener el nivel mostrado hasta ahora serán las claves para llegar a Tokio en las mejores condiciones posibles. Por el momento, la espectacular actuación en Madrid ha permitido que Sandra Sánchez se haya metido al público en el bolsillo y tenga, sin lugar a duda, el mundo rendido a sus pies.
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