Chris Froome se ha asegurado el triunfo en la Vuelta a España 2017. Tras salir como líder del ascenso final a L’Angliru, el británico su subirá a lo más alto del podio en Madrid.
Froome siempre ha mostrado un enorme interés en la ronda española, que sin embargo se le ha resistido hasta ahora. Desde que debutó en 2011, con una segunda posición por detrás de Juanjo Cobo, ha disputado todas las ediciones exceptuando la de 2013, subiendo al segundo escalón del podio en otras dos ocasiones (2014 y 2016) y terminando 4º en 2012.
Líder desde la etapa en Andorra, el tercer día, Froome, apoyado en ese acorazado que tiene como equipo, ha mantenido una dictadura sobre una carrera que ha controlado a su antojo mediante sus gregarios principales Poels, Nieve y Moscon. Este triunfo es el justo premio para un ciclista que, como tetracampeón del Tour de Francia, siempre ha honrado la Vuelta con ataques y coraje y nunca ha venido a pasear sus galones.
Con esta victoria, Chris Froome también logran un hito histórico: un doblete de victorias en Tour de Francia y Vuelta a España. Una hazaña que solo han conseguido Jacques Anquetil en 1963 y Bernard Hinault en 1968 y nadie desde que la Vuelta se disputa en septiembre, mes y medio después del Tour.
Un doblete de grandes vueltas solo está a la altura de los elegidos. El último en conseguirlo fue Alberto Contador, campeón de Giro y Vuelta en 2008, como ya hicieron Giovanni Battaglin y Eddy Merckx. Mucha más común ha sido el doblete más prestigioso, Giro-Tour, que han conseguido el propio Eddy Merckx -tres veces-, Fausto Coppi, Bernard Hinault y Miguel Indurain -dos veces-, Jacques Anquetil, Stephen Roche y Marco Pantani, el último en conseguirlo en 1998. Evidentemente, nadie ha conseguido -ni probablemente conseguirá- ganar las tres grandes vueltas el mismo año.
Tras este triunfo, los próximos retos de la carrera de Chris Froome parecen claros: uno, seguro, es ganar el quinto Tour de Francia y entrar en el olimpo de la Grande Boucle que de memoria recita los nombres de Anquetil, Merckx, Hinault e Indurain; otro, ideal, que sería luchar por el triunfo en el Giro d’Italia, una carrera que solo ha disputado en 2010, cuando todavía estaba a años-luz de la élite.
A sus 32 años, sin visos de ceder su hegemonía y apoyado en un equipo de estrellas, no deberían ser retos imposibles para Chris Froome.
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