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Girona

Animal de costumbres

La vida es una infinita reiteración. La luz del día, las vueltas incesantes de una lavadora, las notificaciones de WhatsApp, los tantos de Cristhian Ricardo Stuani Curbelo. El uruguayo tiene el gol por repetición. No se acaban, se cantan una y otra vez. Su modus operandi, su lenguaje. Stuani no te da los buenos días, te marca un gol.

Sin pensarlo, la primera que tuvo fue dentro. Cinco minutos le bastaron para privar al Valencia de llevarse la victoria este fin de semana en Montilivi. Dos partidos consecutivos agarrando al Girona en aguas turbulentas para sacarlo a flote. Stuani es un salvavidas.

El futbolista de Tala se perdió las clases de matemáticas. Todas menos las de aprender a sumar; un concepto que tiene integrado de memoria. Stuani siempre suma, nunca resta. Y es tan atrevido como para plantarle cara a Pitágoras. El orden de los factores sí altera el producto. Siempre colocado en el punto preciso. Centro y gol, no puede suceder a la inversa.

El siete del Girona es el jugador que más goles ha marcado en la historia de LaLiga saliendo desde el banquillo. 32 dianas, 32 recordatorios de lo que significa Stuani. Un tipo que no se relaciona con el ego ni tiene necesidad de ser el centro de atención. Su centro está en al área, donde se deja absolutamente todo cada vez que tiene la oportunidad de pisar el césped. Da igual cuántos centrales acumule la zaga, Stuani es inevitable. Catalizador. El revulsivo favorito de tu revulsivo favorito.

Probablemente no seamos conscientes de la dimensión. Con 38 años sigue destrozando la red como si fuera un chaval al que le acaba de salir la nuez y le ha cambiado la voz. Y en una temporada dispar a la que vivimos en el pasado curso, el Girona sigue encontrando con Stuani uno de sus mejores argumentos.

Mayor goleador de la historia del Girona, ocho temporadas vistiendo de blanco y rojo. El charrúa merece un monumento en esta joya catalana; un busto en su museo histórico, una plaza con su nombre. Si quisiera, también podría ser alcalde.

Hace escasos meses le anularon el tanto que marcó al Arsenal en la despedida del Girona de su meritoria aventura europea. Fue en Montilivi, no podía ser en otro lugar. Un tanto que no subió al marcador, un instante inmortalizado en su recuerdo. “Lo soñamos, lo hicimos y solo nos duró un minuto. Dicen que la felicidad son momentos. A mí me parecerá un momento eterno”. El vaso siempre medio lleno. Para nosotros siempre será gol. El gol de Stuani. Uno de tantos.

Editora en SpheraSports. Especialista en Scouting y análisis de juego por MBPSchool. Sport Social Media. Eventos Deportivos

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