La rivalidad deportiva entre el sueco Björn Borg y el estadounidense John McEnroe forma parte de la historia del tenis, pero como en toda rivalidad ambos tenían también mucho en común, como refleja el director danés Janus Metz en «Borg/McEnroe», que abrió el jueves el Festival de cine de Toronto.
«Como cineasta quería hacer algo que fuera universal, que trascendiera el deporte, mucho más que una película sobre tenis», afirmó Metz en la presentación del film ante la prensa en Toronto.
Protagonizada por el estadounidense Shia LaBeouf (McEnroe) y el sueco Sverrir Gudnason (Borg) –ninguno de los cuales había jugado jamás al tenis-, la película se centra en la antesala del torneo de Wimbledon de 1980 en el que los dos tenistas terminarían enfrentándose en la final.
Por ese entonces, Borg ya era una figura mundial del tenis, el número uno, mientras que McEnroe era la estrella ascendente que acaparaba titulares no sólo por su juego sino también por sus famosos estallidos de cólera en la cancha.
Sin embargo, mediante una serie de flashbacks que remontan al espectador a la infancia de los dos tenistas, el film muestra que los brotes de ira no sólo formaban parte de la identidad de McEnroe, sino también de la del pequeño Borg (interpretado por el verdadero hijo de Björn Borg, Leo). El sueco logró aplacar esa cólera gracias a su entrenador Lennart Bergelin (Stellan Skarsgard), quien lo convirtió en lo que muchos llamaban una «máquina».
«Superficialmente era opuestos, pero seguramente, en lo profundo, tenían algo en común, incluso viniendo de sociedades muy distintas como la sueca y la estadounidense», apuntó el director sobre los tenistas bautizados alguna vez como «el fuego y el hielo».
Uno de esos puntos en común eran las ganas de ganar y el otro esa ira que en el caso de McEnroe explotaba hacia afuera y en el de Borg era la fuerza motora que lo llevó a ganar cinco finales seguidas de Wimbledon, entre ellas la de 1980 ante McEnroe.
«Era un artista», dijo LaBeouf sobre el tenista estadounidense. «Pero era muy difícil explicar esta táctica en ese momento, porque la narrativa que se había armado alrededor (de los dos) era una caricatura, era el chico malo versus el bueno», añadió el actor, que no logró aún conocer personalmente a McEnroe, aunque confesó que le encantaría hacerlo.
De hecho, LaBeouf rechazó un proyecto anterior para personificar al tenista, «Superbrat». «Era una sátira y no trataba a McEnroe con el respeto que creo que merece, lo pintaba como una suerte de payaso gritando todo el tiempo», explicó.
Por su parte, Gudnason, quien logró estrechar la mano de Borg en el preestreno del film en Suecia por primera vez, contó que no quiso conocerlo antes del rodaje para poder componer el personaje de forma independiente, aunque vio todos sus partidos y muchas de sus entrevistas.
Además, jugó durante medio año dos horas diarias al tenis. «Me centré en el entrenamiento físico. Tenía que vivir esa vida de atleta para llegar a comprender el personaje», aseguró.
LaBeouf, en cambio, dijo que ensayó las escenas de tenis como si estuviera aprendiendo pasos de baile, aunque confesó que antes de actuar cada uno de los estallidos de cólera de McEnroe, los miraba en una pantalla para imitarlos a la perfección.
Si bien el film, una coproducción entre Suecia, Dinamarca y Finlandia lleva por título el apellido de las dos leyendas del tenis, la historia se inclina más hacia el lado de Borg.
La película refleja sus obsesiones –como en una escena en la que se lo ve pisando con los pies descalzos 50 raquetas para testear su calidad-, pero también su enorme miedo a perder y la presión que sentía. «Si pierdo esta final, todos recordarán eso y no que gané cuatro torneos de Wimbledon seguidos«, afirma su personaje en el film.
«Este podría ser el retrato de dos drogadictos en el que la droga es el tenis«, señaló por su parte el director. «Por eso lo que más me interesaba era la dimensión psicológica de los personajes».
El final de la historia es conocido. En 1981, McEnroe daría vuelta la historia al ser él quien venciera a Borg en el All England Club. Los dos supuestos rivales se hicieron incluso grandes amigos. «Borg era el héroe de McEnroe. Para él fue como ganarle a Superman», resumió LaBeouf. Ese mismo año, a los 26 y tras su derrota ante el estadounidense, Borg se retiraría del tenis.
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