Quedan dos semanas para que termine la temporada y LaLiga no se detiene. Este martes arranca la 36ª jornada con partidos cruciales entre equipos que luchan por entrar en competición europea y salvar la categoría. El menú de este martes 13 de mayo:
- Valladolid – Girona, 19:00 horas
- Real Sociedad – Celta, 20:00 horas
- Sevilla – Las Palmas, 21:30 horas
El regreso de Míchel al banquillo gironí es la principal noticia en la previa del encuentro en Pucela. El técnico madrileño regresa a su labor tras perderse el último compromiso ante el Villarreal a causa de una trombosis profunda en la pierna izquierda. El Valladolid, ya descendido y colista, busca despedirse de su afición con dignidad y romper una racha negativa que se extiende desde el mes de enero. Por su parte, el Girona necesita sumar para certificar su permanencia en Primera División y evitar complicaciones en las dos últimas jornadas.
Último tren a Europa en San Sebastián. El equipo de Imanol Alguacil recibe a uno de los equipos de moda de la temporada en un mal momento. El cuadro txuriurdin acumula cinco jornadas sin ganar y solo dos victorias en los últimos diez partidos, con seis sin marcar gol. Las bajas de Nayef Aguerd, Sheraldo Becker, Orri Oskarsson debilitan aún más al equipo. El Celta de Claudio Giráldez está a un paso de sellar su billete a Europa, pero sigue todo muy apretado entre la sexta y duodécima plaza. En Vigo sigue la euforia tras el épico triunfo ante el Sevilla con Borja Iglesias siendo la principal referencia ofensiva. El Panda ha marcado cinco goles en sus últimos cinco partidos. 3 puntos que serían muy valiosos, caigan del lado que caigan, y un posible empate que beneficiaría a Rayo, Valencia, Mallorca y Osasuna.
El último partido del día es una auténtica final para la permanencia. Sevilla y Las Palmas se citan en el Sánchez Pizjuán, ambos con una necesidad alarmante de ganar. Especialmente, necesita los 3 puntos el equipo de Diego Martínez, no ganar certificaría matemáticamente su llegada a LaLiga Hypermotion. No es mucho mejor la situación que se vive en Nervión, con una afición absolutamente quemada con la directiva. Ganar acabaría, por lo menos, con la pesadilla de un posible descenso.