Gorka ÁLVAREZ – Demasiado tiempo ha pasado desde aquel último antecedente, en la Champions League 2002/03, cuando en semifinales los bianconeri superaron al Real Madrid de Roberto Carlos, Zidane, Figo o Ronaldo, entre otros, con un gran partido de vuelta en Delle Alpi, para después caer en la fatídica tanda de penaltis de la final contra el Milan en Old Trafford.
Pero tras de 11 años la Juve se ha vuelto a meter en la élite europea. Por la puerta pequeña, dirán algunos, y puede que no les falte razón, pero para los bianconeri esta Europa League tiene un sabor especial.
Por una parte, por el escenario de la Final. El Juventus Stadium. Casa nostra, que dirían ellos. Una motivación extra para conseguir el trofeo, pero al mismo tiempo una presión añadida, vistos los precedentes de otros equipos que han disputado finales en sus propios campos.
Por otra parte está el hambre. El hambre entendido como las ganas de ganar de un grupo de jugadores que, a pesar de dominar en Italia, todavía no han saboreado un trofeo europeo. Ese hambre que muchas veces marca la diferencia y que en este equipo ya hay ganas de saciar.
Tras el tropiezo de Champions y la caída en la Europa League, el camino de la Juve en la ‘reválida’ europea ha sido bastante bueno, aunque sin mostrar todavía su mejor cara. Al contrario de lo que se podía pensar en un principio, vista la habitual actitud de los equipos grandes (y sobre todo italianos) de menospreciar la segunda competición continental, Conte y los suyos han sabido hacer frente a una Europa League competitiva y que para nada se da por descontada.
Antonio Conte, entrendor de la Juventus desde 2011 | Getty Images
Mérito de Conte, que ha sabido imprimir la mentalidad adecuada a los suyos para salir siempre con la cabeza en su sitio, fuese quien fuese el rival que estuviese delante y sabiendo gestionar los tempos y las situaciones de cada partido y eliminatoria. Además, en un periodo delicado como han sido los meses de febrero y marzo, el míster ha gestionado a la perfección las rotaciones y los descansos a determinados jugadores, haciendo ver la importancia del grupo en su conjunto para poder seguir adelante en una competición así.
Mérito también de los jugadores, sin duda, que se han hartado de decir semana tras semana que la Europa League es un objetivo que la Juve persigue, y han sabido honrarlo de la mejor de las maneras jueves tras jueves.
Y, cómo no, mérito a la afición. Una tifoseria que, tras tantos años de ‘sequía’ europea, ha visto como una gran oportunidad esta Europa League y desde el primer partido contra el Fenerbahçe ha respondido a lo grande, llenando el Juventus Stadium y apoyando al equipo de principio a fin en cada partido.
El magnífico ambiente del Juventus Stadium | Getty Images
El camino hasta ahora se compone de cinco victorias y un empate, con nueve goles a favor y solo dos en contra ante rivales que, con todos los respetos, sin ser ‘top’ suponían todo un desafío, como el Fenerbahçe o la Fiorentina (ambos con la vuelta fuera de casa, en Trebisonda y Florencia), o el Olympique de Lyon, un clásico europeo de los últimos años.
El paso más importante ya se ha dado. Decíamos al principio que puede que la Europa League no sea el escenario en el que se debería mover la Juve, pero es el primero de una serie de pasos naturales para volver a la élite, visto que un buen papel en esta competición permitiría, entre otras cosas, aumentar el palmarés, mejorar el prestigio y la imagen a nivel europeo del club, conseguir ingresos económicos extra y sumar puntos tanto en el ranking de clubs (en el que cuanto más arriba se está, mayores son las opciones de encontrarse en un buen grupo eliminatorio en la próxima temporada) como en el de países (donde una mermada Italia mira por el retrovisor cada vez con más miedo a Portugal).
Ya se ha celebrado el sorteo de las semifinales en Nyon y la Juventus se enfrentará ante el Benfica, jugando la vuelta en casa. Sube el listón, pero que nadie se olvide de que la Juve también estará allí, preparada para dar el último paso en el camino hacia casa. El Juventus Stadium.
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