A finales de los 90, Javier Clemente era el seleccionador español. Por aquel entonces, España no pasaba de cuartos en ninguna competición. Eso cuando las cosas se daban bien, porque en el Mundial de Francia 98 (ganó Francia con Zidane en plan estelar en la final frente a la Brasil de un mareado Ronaldo) no pasamos de la primera fase, en un grupo con Nigeria, Paraguay y Bulgaria.
Ante aquel desastre, para un niño a punto de cumplir 11 años como yo, el Mundial no podía acabar, así que me nacionalicé holandés. A través de la parabólica de Maldini en El Día Después, había visto cosas increíbles a un tal Dennis Bergkamp, número 10 del Arsenal y delantero de la selección holandesa. A Bergkamp le acompañaba Overmars, con el 11 en el conjunto gunner y también holandés, y para mí eran Oliver Atom y Tom Baker en versión de carne y hueso.
Por ellos me hice de Holanda y del Arsenal, club con el que siempre he simpatizado más allá de nuestras fronteras. Me fastidió que Overmars se fuera al Barça rompiendo esa pareja idealizada por mí. Pero quedaba Dennis. Y estaba Henry. Y llegó Reyes, lo que para mí era la leche. Un español fichando por el Arsenal como una estrella. El utrerano, con el 9 a la espalda, formó parte de los invencibles, aquel equipo que ganó la Premier en 2004 sin perder ningún partido. También empezaba a asomar un jovencísimo Cesc Fàbregas, con el dorsal 57 en la camiseta. Cuatro después, con 21 años, Cesc era el capitán del Arsenal.
Luego llegaron otros españoles como Almunia, Cazorla, Monreal, Bellerín… Y ahora Lucas Pérez. Era mi opción preferida para la delantera gunner y ha acabado siendo el elegido, aunque no fuera la primera opción. No conozco a Lucas, pero transmite una gran ambición sobre el terreno de juego. Justo lo que necesita un equipo que se ha acostumbrado a no exigirse más que entrar en Champions.
Fue un fracaso perder la Premier con el Leicester y Wenger debió marcharse, pero para ello habrá que esperar otro año. El técnico francés, 20 años después de su llegada, ha sacado por fin la billetera para firmar a Xhaka, Mustafi y Lucas, un jugador por línea, que suben el nivel del equipo. Ahora sólo falta que no se contagien de la dinámica conformista, como quien va al médico y sabe que pasará una hora después de su cita. Espero que esta vez el Arsenal sea puntual y pueda levantar la Premier 13 años después de la gesta de los invencibles. Aunque pierda algún partido…
