Pep Guardiola ha ido evolucionando durante su exitosa carrera como entrenador. Cualquiera podía vislumbrar, previamente a su llegada al Manchester City, que su fútbol iba a ser de toque y ofensivo. Además, en el tema resultadista ha habido coincidencias. Su primera temporada en el Barça perdió en Los Pajaritos frente al Numancia y, también, jugó la previa de la Champions League con una goleada brutal. Ya en Inglaterra, no sucumbió pero sufrió en su estreno frente al Sunderland y en competición continental arrasó al Steaua.
Su 4-3-3 en el Camp Nou era un simple esquema sobre que sus jugadores se movían sin tomarlo en cuenta, tanto en ataque como en defensa. Según el técnico Catalán, “los esquemas solo son números de teléfono que no sirven para definir el juego que se practica”. Así, en su fase ofensiva su pivote defensivo se colocaba entre los centrales y sus dos laterales se iban hacia arriba aprovechando la libertad que dejaban los extremos, muy por dentro. Una especie de 3-4-3 con superioridad en la creación y mucho juego interior.
Tras su estancia en Alemania, Guardiola viene con nuevas cosas. Alaba y Lahm llevaron a la perfección el cometido que le dio su entrenador que era convertirse en interiores buscando la supremacía de la pelota. En Manchester ya lo está volviendo a probar. Kolarov y Sagna, en vez de ampliar campo como pasaba con sus carrileros en el Barcelona, se cierran para construir juego. Es el serbio, por el momento, el que mejor está entendiendo al de Santpedor jugando bien tanto en la izquierda como de central. En cambio, Clichy perdió muchos balones frente a los Black Cats lo que le podría relegar al banquillo. Nolito y Sterling –que está sublime- tocan casi la línea de cal mientras que Silva y De Bruyne tratan de oscurecer –buscar la espalda de los marcadores- en la línea del medio del campo rival. Parecido, entonces, al 3-2-4-1.
En su nueva etapa, aun así, falta ver su asfixiante presión que comandaba Samuel Eto’o en el curso del sextete. Los rivales no han querido demasiado el balón por lo que no se puede comentar mucho sobre este aspecto. Es demasiado pronto para poder hacer un juicio pero Pep Guardiola, claramente, ya ha empezado a imponer su huella que tanto éxito tuvo en Baviera y en la ciudad Condal. El tiempo dirá si los títulos llegan o no.