Si alguien le llega a decir a los aficionados del Everton o del Stoke que en enero se estarían jugando el pase a la final de la Copa de la Liga, pocos, por no decir casi que ninguno, se lo habría creído. Por suerte, lo están haciendo y esa es la magia tanto del fútbol como de las copas que se disputan a partido único (en la Copa de la Liga inglesa solo las semifinales son a partido doble). Que tome ejemplo la RFEF.
Si nos dejamos llevar por la lógica, Manchester City y Liverpool eran los claros favoritos a disputarse el torneo en Wembley. No obstante, en la ida de las semifinales los de Klopp tan solo pudieron imponerse a los Potters por la mínima (0-1), resultado que teniendo en cuenta que el valor de los goles en campo contrario no cuenta, excepto si hay prórroga, no garantiza para nada la clasificación. A buen seguro, los Bojan, Arnautovic, Shaquiri y Afellay, entre otros, tendrán aún cosas por decir y querrán demostrar que están donde están por méritos propios. Lukaku & Company, por su parte, dieron un golpe sobre la mesa ante el City y demostraron que no están ahí por casualidad: ganaron por 2-1, resultado que incluso se quedó corto visto lo visto sobre el terreno de juego. Al equipo de Roberto Martínez, además, a buen seguro le ilusiona y motiva una posible final contra el Liverpool, lo que resultaría en el derbi de Merseyside más tenso desde Dios sabe cuándo.
El camino hasta las semifinales de ambos no ha sido fácil. Curiosamente, el encuentro más sencillo o, como mínimo, en el que obtuvieron el resultado más holgado tanto Potters como Toffees fue en los cuartos de final contra Sheffield Wednesday y Middlesbrough respectivamente: 2-0. Hasta esa eliminatoria, tanto Stoke como Everton pasaron por la mínima en tercera ronda y en los penaltis en octavos. En el debut en la competición, ambos equipos se fueron a la prórroga, pero mientras que para los de Goodison Park eso bastó para imponerse por 3 – 5 al Barnsley, los de Stoke-on-Trent tuvieron que irse a la tanda de penaltis para superar al Luton Town.
En este contexto, por tanto, el Stoke luchará por remontar y clasificarse así para su tercera final de la Copa de la Liga, mientras que el Everton, en caso de llegar a Wembley, tendrá ante sí un doble reto: por un lado, ganar su primera Copa de la Liga y, por otro, conquistar un título 20 años después del último: la FA Cup de 1995.
Ni Stoke ni Everton sueñan en vano: las posibilidades son reales y el 26/27 de enero tendrá lugar el juicio final. Sea cual sea, la final será preciosa y emocionante.
