Ahora que nos debatimos entre decir el Atalanta o la Atalanta (más correcto lo segundo), gracias al equipo que ha montado Gasperini en Bérgamo, es buen momento para mirar atrás. La actual Atalanta es un conjunto atrevido y sin complejos. Desde hace dos años enamora en Italia y deslumbra en Europa.
Gasperini devolvió a la Atalanta a competir en el viejo continente 28 años después, tras un brillante 4º puesto en la Serie A 2016-17, y desde entonces el equipo no deja de crecer. Ubicado en Bérgamo, al norte de Milán, su fútbol alegre y desinhibido no deja indiferente a nadie. No es la primera vez que la Atalanta suena fuerte en Europa. Con un equipo más italiano de antes y un trío de extranjeros de lustre, se plantó en ¼ de final de la ya lejana Copa de la UEFA del 91.
Echando la vista atrás nos encontramos un equipo que juntaba al sueco Strömberg en la mediapunta y una dupla de mucho nivel arriba, con el brasileño Evair y el argentino Caniggia. En aquel viaje por la vieja Europa, quedaron atrás en el camino Dinamo de Zagreb, Fenerbahçe y Colonia. En cuartos esperaba un rival de tronío, el Inter de los alemanes. Recién coronados Campeones del Mundo, Brehme, Matthäus y Klinsmann sentaban cátedra en la mitad nerazzurri de la ciudad del Duomo.
Tras empatar a cero en Bérgamo, todo se decidiría en la vuelta en San Siro y el Inter de Trapattoni no perdonó. Con el veterano Giuseppe Baresi aún como capitán, Bergomi convertido en la sombra de Evair y con Matthäus y Berti enlazando con Klinsmann y Serena, pasaron por encima de una DEA que nadó para ahogarse en la orilla. El Inter ganó dos a cero con tantos de Matthäus y Serena acabando con un sueño que hubiera llevado a la Atalanta hasta las semifinales, donde esperaba el Sporting de Portugal.
El Inter terminó ganando aquella UEFA imponiéndose en la final a la Roma a doble partido. Lejos estábamos de saber que 29 años después, una Atalanta mucho más vistosa que aquella alcanzaría los cuartos de final de la Champions cayendo ante uno de los finalistas de la última edición, el París Saint-Germain.
La Atalanta de Gasperini es un equipo que ataca muy bien por los costados con Hateboer, ausente en la ida ante el Madrid, y Robin Gosens, salvando las distancias, una especie de Briegel del siglo XXI. Un portento de la naturaleza que va y viene por su costado permanentemente.
Cristian Romero llegó para apuntalar una zaga que sigue siendo el punto débil de un equipo que sufre corriendo hacia atrás. Por delante del doble pivote, formado por De Roon y Freuler, la DEA acumula todo su talento. Ya sin el Papu, pero con jugadores muy distintos y de gran calidad. Ilicic, Malinovskiy, Pessina o Aleksei Miranchuk son futbolistas versátiles y de mucha clase para jugar en tres cuatros de campo.
Si Gasperini apuesta por armar su clásico 1-3-4-1-2 jugará Pessina por detrás de dos delanteros que viven en estado de gracia: los cafeteros Duvan Zapata y en especial, Luis Muriel. Rindiendo a un nivel espectacular. Las cartas están sobre la mesa y esta noche a partir de las 21:00 horas, en el Stadio Atleti Azzurri d’Italia, la DEA y el Real Madrid escribirán otra bonita hoja en el libro de la Copa de Europa. Disfruten.
Imagen de cabecera: (Valerio Pennicino/Getty Images)