Estrellas. A millones de años luz de la Tierra. Pequeños astros luminosos que recorren el firmamento. Minúsculos puntos de luz que titilan sobre el oscuro manto de la noche. En ocasiones, difíciles de ver por culpa de la estridente iluminación de las ciudades. En otras, ocultas tras densas nubes que copan el tenebroso cielo. Sin embargo, no siempre es necesario mirar al cielo ni esperar a que caiga la noche para disfrutar de ellas. Estrellas forjadas a base de trabajo y dedicación brillan con luz propia a ras del suelo. Sobre una pista de tenis. Al calor de los focos y el entusiasmo de los espectadores que vibran al son de su creciente centelleo.
Ella vino al mundo hace 21 años en Toliatti (Rusia), pero su nacimiento como estrella del tenis ha llegado en este 2018. Si bien es cierto, ya ofreció destellos de calidad en 2017, donde logró su primer título WTA (Charleston). No obstante, ha sido en esta campaña cuando, por fin, ha tenido lugar la esperada explosión de Daria Kasatkina. Apuntaba maneras pero no llegaba a romper. 2018 ha sido, pues, el año que le ha permitido comenzar a brillar con luz propia sobre una pista de tenis. Sus números no engañan y, sin ninguna duda, reflejan que la joven zarina es una de las grandes promesas de este deporte.
Fuera de toda sucesión o posible comparación con Maria Sharapova, Kasatkina, es cierto, lo tiene todo para triunfar. Templanza y coraje a partes iguales y un excelente toque en todos sus golpes hacen de ella una rival a batir. Así lo reflejó una encuesta del The New York Times realizada a más de una veintena de periodistas y entrenadores en la que se trataba de configurar, a través de los mejores golpes de las jugadoras del circuito, a la tenista perfecta. Daria no sólo se colaba entre las tres jugadoras con mejor revés cortado (tras Ashleigh Barty y Carla Suárez) sino que lideraba la lista como la tenista con mejor toque y timing.
Hay aptitudes y, sin lugar a dudas, mucha actitud. Armas poderosas para una tenista que va tomando forma, la forma de una estrella. Una estrella que este 2018 ha disfrutado de las mieles del éxito. Con dos finales en grandes torneos (Dubai e Indian Wells) y el ansiado título en Moscú (que ya se le escapó en 2017), la rusa termina el año como número diez del mundo, el mejor puesto de toda su carrera. Aún en una nube después de cerrar el año con un título en casa y tocando el cielo tras haber ascendido al Olimpo de las diez mejores raquetas del circuito, Kasatkina pide más y ya fija su objetivo en venideras metas.
Será reserva en el prestigioso torneo de maestras, el aclamado WTA Finals de Singapur, donde esperará su oportunidad para seguir demostrando sus armas sobre una pista de tenis. No obstante, aunque este año su participación se quede en una mera presencia en el ‘banquillo’, queda claro, a la vista del juego desplegado durante esta temporada, que la rusa no puede bajar los brazos y que debe (y puede) pelear por un puesto de pleno derecho en la próxima edición del WTA Finals. Juventud y ganas de brillar. Destellos de calidad en cada movimiento, rigor en cada golpe y el centelleo de unos ojos que buscan la victoria en cada partido. ‘Ha nacido una estrella’ y su nombre es Daria Kasatkina.
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