El Barcelona goleó hoy 4-0 al Manchester City con un hat-trick de Lionel Messi y un tanto sobre el final de Neymar para castigar sin piedad los clamorosos errores defensivos de su rival y la extraña suplencia de Sergio Agüero por decisión de Josep Guardiola, el técnico del equipo inglés.
El conjunto azulgrana sacó petróleo de sus escasas ocasiones de gol y encontró en Messi a la gran estrella de un partido extraño que sirvió para que el Barcelona se situara como claro líder del Grupo C de la Liga de Campeones con nueve puntos en tres jornadas. El City, con cuatro unidades, se complica.
Los dos equipos fueron un calco en el inicio. Ambos se mantuvieron fieles a su idea de juego, tan parecida, aunque la presión siempre se impuso al juego de los delanteros. Muchas pérdidas de balón y realmente pocas ocasiones para la naturaleza ofensiva de los dos conjuntos.
Guardiola sorprendió al dejar en el banquillo a Agüero y poner a Kevin De Bruyne como «delantero falso», una decisión que sin duda recibirá críticas. Mientras, Luis Enrique apostó por Javier Mascherano como lateral derecho, aunque luego tuvo que rehacer su defensa, pues antes del descanso se lesionaron Jordi Alba y Gerard Piqué, la peor noticia que le dejó el encuentro.
El Barcelona, muy superado por la presión rival, marcó en su primera oportunidad. Ocurrió a los 17 minutos y Messi se aprovechó de un resbalón de Stones para marcar con su habitual facilidad. Y después el equipo azulgrana, privado del balón, comenzó a sufrir de verdad.
Así celebró Messi su tercer tanto | Getty
Poco a poco, el Manchester City fue acumulando llegadas y su ocasión más clara antes del intermedio llegó con un disparo de Gundogan que desvió Marc-André Ter Stegen en una gran intervención. El equipo inglés sumó más oportunidades, pero le faltó la presencia de un delantero con gol.
Con todo, el Barcelona tuvo una gran ocasión -su primera tras el gol- justo antes del descanso, en un remate de Luis Suárez que obligó a Claudio Bravo a realizar una formidable intervención. Con ventaja mínima local se llegó al intermedio después de una interesante partida de ajedrez propuesta desde los banquillos.
El City se suicidó en la segunda parte y Messi lo castigó con la virulencia que acostumbra. El primero en servir en bandeja el triunfo al Barcelona fue Claudio Bravo, quien entregó a Suárez un balón absurdo y luego cometió una mano fuera del área, por lo que fue expulsado. Messi aprovechó la superioridad poco después para marcar a los 61 minutos con un potente disparo que superó a Willy Caballero.
La sentencia llegó a los 69 minutos en una jugada que nació de un nuevo error visitante, esta vez de Gundogan. Suárez asistió y Messi completó su hat-trick sin oposición.
A los 74 minutos se equilibraron las fuerzas con la expulsión de Jeremy Mathieu, pero la suerte del partido ya estaba decidida. A 11 minutos del final entró Agüero en una decisión que sonó extraña, como a castigo por algo.
A cinco minutos del final llegó un penal cometido sobre Messi. El argentino se lo dejó tirar a Neymar, pero Caballero lo paró. Tres minutos después, el brasileño se resarció para marcar y cerrar así la goleada del Barcelona, que fulminó al City con simple efectividad y un Messi de nuevo estelar.