Johann Zarco ha escrito una de las páginas más memorables del motociclismo francés al conquistar el GP de Francia en el circuito de Le Mans. A sus 34 años y tras 17 temporadas en el campeonato del mundo, el piloto del equipo LCR Honda se impuso en una carrera caótica marcada por la lluvia, múltiples incidentes y cambios de moto, rompiendo así la racha de 22 victorias consecutivas de Ducati en la categoría reina.
Una carrera de supervivencia bajo la lluvia
La prueba, disputada bajo condiciones meteorológicas cambiantes, fue un verdadero desafío para todos los pilotos. El formato flag to flag obligó a los participantes a gestionar la estrategia de cambio de moto y adaptarse a la pista mojada. Zarco demostró una inteligencia táctica sobresaliente: evitó el primer cambio de moto, lo que le permitió esquivar una doble penalización de long lap que afectó a varios rivales, y realizó un único cambio de moto en el momento clave.
La carrera fue interrumpida por bandera roja y estuvo plagada de sanciones y caídas, entre ellas las de Álex Márquez y Pecco Bagnaia, lo que aumentó la dificultad y la incertidumbre en cada vuelta.
Un podio de alto voltaje
Zarco cruzó la meta con una ventaja superior a los 19 segundos sobre Marc Márquez, quien terminó segundo y recuperó el liderato del campeonato tras este resultado. El joven Fermín Aldeguer completó el podio tras una sólida remontada en condiciones difíciles.
Un triunfo con sabor especial
Este triunfo fue especialmente emotivo para Zarco, ya que por primera vez en su carrera contó con la presencia de sus padres en el circuito. Además, se convierte en el primer francés en ganar en Le Mans en la categoría reina desde Pierre Monneret, y el piloto más veterano en lograrlo. Zarco sumó así su segunda victoria en MotoGP, tras la conseguida en Phillip Island en 2023.
La gesta de Johann Zarco en Le Mans será recordada como una de las grandes epopeyas del motociclismo moderno, un triunfo de inteligencia, temple y pasión ante su público y en el escenario más simbólico posible.
