“El fútbol es la cosa más importante entre las cosas menos importantes”. Aún no se sabe si esa frase la pronunció antes Arrigo Sacchi o Jorge Valdano, pero qué más dará. Ayer Virginia Torrecilla volvió a los entrenamientos tras superar un tumor cerebral y nos recordó, una vez más, donde reside lo esencial de esta vida. La jugadora del Atlético de Madrid jugó el partido más importante de su vida y ganó de goleada ante la mirada emocionada de todas y todos. Virginia, que trasciende al fútbol y al deporte, nos ha vuelto a señalar el camino. Gracias, Vir, por esta lección de vida y humanidad.
Jueves, 21 de mayo del maldito 2020. Virginia Torrecilla, tras haberse sometido a un TAC que confirmaba los peores presagios, fue intervenida en la Clínica Universidad de Navarra. Ese mismo día, la jugadora atlética colgó un vídeo en su perfil de Instagram para hacer pública su situación. Un vídeo que destilaba optimismo. Un vídeo en el que, mirando a sus ojos y escuchando sus palabras, no te dejaba duda alguna de que Virginia no solo iba a vencer al cáncer, sino que lo iba a machacar. Que lo dejaría hecho añicos. Estas eran algunas de sus palabras:
“Se sale de cualquier cosa, lo único que se necesita son ganas y fuerza. Yo soy la tía más positiva del mundo. Solo tenía un camino y era hacer esto para poder seguir. Espero que esto sea el principio de algo grande. Si antes vivía la vida, creedme que ahora la viviré el doble. Dar las gracias a todo el mundo que ha estado conmigo. A mi familia, a mis amigos, a mi doctor y al Atlético de Madrid, que lo ha dado todo por mí”.
Durante el transcurso del tratamiento, lejos de convertir el cáncer en tabú, Virginia hizo de sus redes sociales un altavoz para mostrar su evolución y dar visibilidad a la enfermedad y a las personas que la padecen. El pasado 5 de marzo llegaba la noticia más esperada: tras casi medio año de quimioterapia, la ‘colchonera‘ anunciaba que el tratamiento había finalizado. La subida seguía, pero la parte más dura de la cuesta ya estaba superada. El reloj de arena que marcaba la vuelta a la normalidad empezaba a llenarse. La cuenta atrás se acercaba a su final.
Miércoles, 24 de marzo del 2021. La vida, recibiendo a una primavera que acaba de llegar, era testigo de que las semillas plantadas por Virginia diez meses antes ya empezaban a florecer. Convertida en símbolo y en ejemplo de superación, Virginia volvió a aparecer por las instalaciones del Centro Deportivo Wanda y avanzó entre aplausos por un pasillo formado por todo el equipo del Atlético de Madrid femenino, convertido en familia desde hace ya tiempo. Visiblemente emocionada, tomó la palabra: “Muchas gracias, chicas, quería deciros que ya empiezo a ir para arriba y espero estar muy pronto con vosotras y, si no es así, para la temporada que viene, ¿vale? Así que, ahora, a seguir”.
Esperando su vuelta al verde, Virginia Torrecilla ya ha ganado el partido más decisivo. A sus 26 años, centenares de encuentros de desconocido devenir le esperan, pero ya sabemos con certeza que ninguno será más importante que el que ya ha vencido. Lo ha hecho con una actitud admirable, llena de optimismo y positivismo y mostrando cuál es el camino. Nos ha recordado qué es lo realmente importante en una vida que nos arrastra en demasiadas ocasiones a lo superficial. Hay momentos en que las banderas y los colores del equipo se unen. Virginia, patrimonio del Atlético de Madrid, ha sido la portadora de una bandera que nos ha unido en el equipo de la vida. Y, por eso, le estaremos siempre agradecidos.
Gracias, Virginia, por enseñarnos tanto. Tu felicidad es la nuestra.
Imagen de cabecera: @AtletiFemenino