El Villarreal ha pasado de ser un equipo al que todos aplaudían por su buen juego y regularidad de resultados, a encadenar siete partidos sin ganar con una imagen que el propio técnico, Marcelino García Toral, califica de «lamentable». Intentamos desgranar las causas de este bajón del Submarino:
– Falta de gol. Es propio del Villarreal de Marcelino atravesar malas rachas de cara a puerta. Ocurrió con frecuencia el año pasado. Sin embargo, esta temporada se ha caracterizado por su eficacia goleadora: llegó a enlazar 26 partidos consecutivos marcando, la mejor marca de su historia. Por eso es de extrañar que el conjunto amarillo sólo haya marcado dos goles en los seis últimos partidos. Hasta el gol de Uche ante el Getafe, el Villarreal había acumulado 419 minutos sin marcar, su peor registro de cara gol en Primera División. El problema: no se llega con la misma fluidez, ni con la misma facilidad de antes. Y cada vez se prueba menos al portero rival. Además, Vietto asume casi toda la responsabilidad del gol (12 tantos en Liga). Uche no marcaba desde enero, Gerard no se afianza en la titularidad a pesar de su rendimiento y Gio, que la temporada pasada marcó 11 goles, este año sólo ha firmado uno.
– Lesiones. Es un contínuo esta temporada en El Madrigal. El Villarreal ha perdido varias de sus piezas clave a lo largo de la temporada, y en momentos decisivos. El caso más claro, el de Bruno que sufrió una rotura de peroné en la ida de las semifinales de Copa ante el Barcelona en el Camp Nou. Desde aquello ya se ha perdido dos meses de competición, y pese a que Tomás Pina ha mejorado su rendimiento y el canterano Sergio Marcos no ha desentonado, la ausencia del capitán amarillo está lastrando con fuerza en el equipo. A ella hay que sumarle las bajas en el lateral izquierdo –Jokic ha permanecido media temporada en el dique seco y Adrián Marín lleva dos meses fuera-, las frecuentes lesiones musculares de Giovani, la inoportuna de Cheryshev y la última de Musacchio, que ayer fue operado con éxito de una fractura en su tobillo izquierdo y estará de baja entre cuatro y seis meses.
Bruno sale lesionado del Camp Nou en la ida de semifinales de Copa del Rey
– Físico. Marcelino no cree que sea uno de los problemas de este bajón, pero el Villarreal es el equipo español que más partidos ha disputado esta temporada (51) y pese a que la plantilla es larga y el técnico asturiano se ha prodigado en las rotaciones, las lesiones y el peso de tantos partidos han mermado el juego amarillo. Hacía dos años que el Villarreal no jugaba tres competiciones, y nunca llegó vivo a todas a las alturas que lo hizo esta temporada. Al Submarino se le ve cansado, y no sólo en las piernas.
– Motivación. Quinto en la tabla, semifinalista de Copa del Rey y en octavos de la Europa League. Hace unas semanas, en Vila-real se respiraba ilusión y mucha ambición por llegar a la final del torneo del K.O y alcanzar una ronda muy avanzada de Europa League. Pero las eliminaciones ante Barcelona y Sevilla fueron un golpe anímico que han dejado a los de Marcelino en una única competición: la Liga. De ganar al Sevilla en la jornada 28, el Villarreal habría empatado a puntos con los de Emery en la quinta posición, y habría sido, quizá, un espaldarazo para seguir compitiendo por la cuarta plaza que da derecho a la previa de la Liga de Campeones. Hoy, el Villarreal es sexto, a 11 puntos de Valencia y Sevilla (4º y 5º), y desde hace unas jornadas, se respira conformismo y excesiva tranquilidad en el equipo, como si la temporada ya hubiera acabado. El ejemplo más claro, en el partido ante el Espanyol: el Submarino sufrió la mayor goleada de la temporada (0-3) y para su técnico, los jugadores no supieron mantener la ambición: «O no fui capaz de convencerles de la importancia de este partido, o creían que ganaríamos con el mínimo esfuerzo». Dejó una pullita para el encuentro ante el Getafe: «Veremos como sale el equipo. Yo pensé que saldríamos hoy con una mentalidad ganadora, y no hemos durado con ella ni cinco minutos». Es posible que recuperar esa mentalidad sea el primer paso para que el Submarino acabe la temporada a flote.