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Real Madrid

Veteranos y noveles

La palabra remontada aparece siempre en el imaginario blanco por estas fechas cuando el Madrid sufre una derrota fuera de casa en la Copa de Europa. El uno a cero no es un resultado que exija una gran heroicidad para darle la vuelta. Pero que la eliminatoria sea ante el PSG, con el asunto Mbappé de por medio, añade un morbo especial.

Tras concluir el partido de Liga ante la Real Sociedad, Luka Modric publicó una foto en sus redes sociales celebrando su golazo junto a sus compañeros y añadió una frase: “Veteranos y Noveles. Mi Madrid.” En esa frase están guardados todos los secretos de las grandes remontadas europeas del Real Madrid en la década de los 80.

Entre septiembre de 1984 y abril de 1987, el Madrid no perdió una sola eliminatoria europea. Conquistó dos Copas de la UEFA y llegó a semifinales de la Copa de Europa. El Bayern de Udo Lattek cortó la racha. Aquel equipo era la mezcla perfecta de la frase de Modric. Y de todas esas eliminatorias, hay una, menos recordada que las del Anderlecht y el Gladbach, que cumple a la perfección con la frase de Luka. La víctima fue el Inter de Milán en las semifinales de la Copa de la UEFA 84-85.

Siempre ha sido recurrente y tema habitual en los equipos grandes el momento oportuno, o no, para que los veteranos abandonen la disciplina del equipo. Por desgracia, cada vez hay menos debate porque los jugadores pasan menos años en la misma institución. En el Real Madrid de la primera mitad de los 80 había grandísimos jugadores ya veteranos, sirvan como ejemplo Miguel Ángel, Juanito o Santillana, que para entonces estaban en el punto de mira.

El 10 de abril de 1985, el Madrid rendía visita al Inter en las semifinales de la Copa de la UEFA. Real Madrid e Inter establecieron una rivalidad europea preciosa en la primera mitad de la década, enfrentándose hasta en cuatro eliminatorias en seis años.

Amancio Amaro, histórico ex jugador del club y entrenador en aquellos momentos no pasaba por una buena época en el banquillo ni en la relación con muchos de sus jugadores. Había subido del Castilla para entrenar al primer equipo y el equipo en la Liga no encontraba la regularidad.

El Madrid cayó 2-0 en Milán jugando francamente mal. El Inter, comandado por Liam Brady, brillante centrocampista irlandés, superó al Madrid en todas las facetas del juego. Aquel Madrid era una mezcla de veteranos y noveles, como recita su himno y parafrasea Luka Modric. Los veteranos estaban ya en el punto de mira y los noveles, la Quinta del Buitre, no podían asumir de golpe la regeneración que prensa y afición exigían.

Por si faltaba algo, el club estaba inmerso en plena campaña electoral con Ramón Mendoza postulándose como ganador y sucesor de Luis de Carlos.

La derrota fue dura, agravada por unos acontecimientos que sucedieron en Milán tras finalizar el partido.

En los quince días que transcurrieron entre la ida y la vuelta, la realidad deportiva del club cambió radicalmente. Pasó de todo y con protagonismo para los veteranos y los noveles. Sanciones, perdones, un cambio de entrenador…

José María García, periodista y líder de la radio deportiva nocturna en aquellos años, destapó una noticia en su programa de la noche del 11 de abril de 1985, un día después del partido de Milán, que desató una tormenta.

García contó que tras el encuentro, Juanito y Lozano habían sido descubiertos por el técnico Amancio en una habitación del hotel en compañía. Por otro lado, Jorge Valdano se había marchado del hotel con Butragueño para que Emilio conociese a su admirado César Luis Menotti, técnico del propio Valdano en el Mundial 1982 y amigo personal.

Aquello lo interpretó García como una ofensa de Valdano a Amancio y un presunto intento de colocar a Menotti en el banquillo blanco.

Eran tiempos sin Twitter, Instagram ni Facebook, pero a la mañana siguiente el escándalo fue mayúsculo. Tres días después, el domingo 13 de abril, el Madrid perdió 1-0 en Valencia dando una pésima imagen. La junta directiva se reunió al día siguiente y decidió sustituir a Amancio por otro hombre de club, Luis Molowny, que afrontaba por tercera vez la responsabilidad del banquillo. Antes lo había hecho sustituyendo a Muñoz y Miljanic, siempre con discreción y éxito.

En su primera intervención ante la prensa apareció con un Amancio que se quedaba como ojeador del club. Molowny comenzó a sentar cátedra: “Me siento muy triste por Amancio, es excelente entrenador, compañero y amigo, confío plenamente en mis jugadores y esto lo vamos a sacar adelante”.

Molowny conocía el desprestigio que estaban viviendo los futbolistas y en la mañana del martes 15 de abril se los ganó de golpe. Ahora tenía diez días para unir el club y crear el clima necesario para abordar la remontada.

En medio aparecía un incómodo partido de Liga ante el Hércules. Los alicantinos se jugaban la permanencia y el Madrid ya no tenía nada que hacer en la Liga. El Hércules ganó 0-1 en el Bernabéu. En la rueda de prensa posterior, Molowny recalcó los méritos del Hércules y a su vez mantuvo la fe en los jugadores. Sabía que a tres días del partido clave de la temporada no había tiempo para sembrar más dudas.

El veterano portero Miguel Ángel sabía que sería titular ante el Inter. Molowny le animó a salir a la prensa y pedir disculpas por unas declaraciones en las que denunció que los jugadores del Madrid eran tratados peor que los gitanos.

Después intercedió ante el club para que Juanito y Lozano fueran perdonados por su desliz de Milán, previo pago de una multa, e incluyó a Juanito en la convocatoria del partido. Una remontada sin Juan dentro del equipo era imposible. Molowny lo sabía.

Con Sanchís sancionado, Butragueño y Ángel lesionados, el once era lo que menos preocupaba a Molowny. En el fondo lo tenía clarísimo. Era momento de los veteranos. Miguel Ángel y Santillana en el once y Juanito desde el banquillo de inicio.

El Madrid firmó un partido descomunal y levantó la eliminatoria con un 3-0 incontestable. Santillana hizo uno de los mejores goles de cabeza de su carrera y Míchel hizo bueno el lema que acuña Modric marcando el tercero y firmando un partido extraordinario en la banda izquierda, con tan solo 20 años.

Molowny se acordó de Juanito para los últimos quince minutos cerrando el círculo. En la rueda de prensa posterior, al partido Molowny terminó de organizar el club: “El mérito es sobre todo de Amancio y de los jugadores, él lleva aquí toda la temporada, yo llevo cinco días y no he podido hacer casi nada”.

Imagen de cabecera: Getty Images

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