Un 29 de noviembre de 2015 se marchó Nuno Espírito Santo de Mestalla. Tras una primera temporada en la que el portugués terminó en la cuarta posición con unos respetables 77 puntos y un equipo solidario, basado en un 4-3-3 al que nadie quería enfrentarse, no logró repetir en su segundo año este éxito y la desconexión con la grada lo impulsó a marcharse.
Tras la salida de Nuno, Voro tomaría el equipo por una jornada y luego llegaría el experimento de Gary Neville, el que todo el mundo veía como un fracaso seguro. Neville, leyenda del Manchester United y excelente analista televisivo no parecía, ni por asomo, ser la mejor opción para el conjunto “Ché”.
Tras solo cuatro meses en el cargo el inglés fue despedido al sumar tres victorias, seis empates y ocho derrotas, dejando al club apenas seis puntos por encima del descenso. Su reemplazo sería Pako Ayestarán, que sumó tres victorias, un empate y cuatro derrotas para cerrar la temporada, salvó al club y se colocó como la primera opción para la actual.
El comienzo no pudo ser peor para el Valencia y cuatro derrotas consecutivas fulminaron a Ayestarán, cubriendo de nuevo Voro la vacante por un par de jornadas hasta la contratación del italiano Cesare Prandelli, quien ante las promesas incumplidas en cuanto a fichajes se marchó intempestivamente.
Virtualmente fuera de la Copa del Rey y rozando la zona de descenso, el club está a la deriva gracias a la errática conducción de Peter Lim. La debilidad de varios rivales por el descenso juegan a su favor, pero el equipo requiere algo más que una buena decisión al momento de elegir un nuevo técnico para salvar la temporada.