Igual los noventeros ya son considerados boomers, pero en sus memorias residen contenidos que hoy ya no tienen parangón. Nos ha engullido una transformación que de la mano del marketing ha reducido la capacidad de sorprenderos a gran escala. Parece paradójico pero cuanto más se empeñan los creativos más se reduce la opción al drama.
Siento si la nostalgia empapa las líneas esta semana, pero este curso el CD Tenerife está consiguiendo algo que le recuerdo al de las famosas ˋno’ ligas, participaciones europeas y que huye por completo de las lunas rotas del colorado Lussenhoff. No voy a entrar en el estéril debate del talento, la división o la iconografía vigente o de antaño, puesto que los frescos se critican por contexto y no al primer lengüetazo.
Vamos a hablar de aura, energía y vibra. Nada llega como la palabra en el boca a boca. Así llegó por recomendación expresa y virtudes probadas Juan Carlos Cordero. Discurso riguroso, rendijas amplias para rociar exigencia y límites inviolables para competir. También mano izquierda para crear un ecosistema dónde el jugador se impregne de la idea y del sentimiento a partes iguales.
La idea fue madurando tras la herencia del proyecto anterior y a pesar de tener algunos resbalones no se desvió de la ruta. Es importante mostrar firmeza en tiempos de crisis. Ahí además de ENTRENADOR a Ramis le ha dado Diplomacía de portavoz y batuta de líder. Se le han traído jugadores preparados para entrar en la burbuja y sumar, evitando aquellos capaces de pincharla al primer tackle.
Cuando la actitud y el vestuario es sano el flow empieza a acompañar, y además esta vez al Tete también le están acompañando los resultados. Ahí es dónde la psicología juega un papel indispensable para lidiar con el mal de altura (ejem). Puedes ganar siendo mejor o peor, pero no puedes perder creyéndote por encima. Hasta el momento, el campo dicta que el equipo domina el yin y el yang.
Me he entretenido un poco para intentar expresar lo que me transmite el chicharrero de hoy que, no me maten, me recuerda más en contenido que en continente a lo que fue aquel equipo que en mi adolescencia afinaba el flautín para noches grandes. Quizá por eso vea una identificación de la isla este año con el equipo como se la vi por entonces. Esto el largo y cómo predije el fútbol de ahora ha recortado mucho el margen a la sorpresa. Sin embargo, creo, es una hora menos en Tenerife para volver a ver al blanquiazul celebrando algo para el recuerdo.
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