Uno de los principales temas de debate en el fútbol actual son las rotaciones. La exigencia de los calendarios y el desgaste físico que sufren los futbolistas de élite, obliga a los entrenadores a contar una plantilla larga e ir dosificando a los futbolistas.
No siempre fue así y hubo una época en la que los suplentes lo eran durante toda su carrera, sobre todo en los equipos grandes. Hoy día nos parecería algo impensable.
Al extremo izquierdo gaditano Manolín Bueno le sucedió exactamente eso. Fue el suplente de Paco Gento durante 12 años en el Real Madrid. El destino, la vida y Santiago Bernabéu quisieron que ambos abandonasen el club el mismo año. Concretamente en 1971, tras la final de la Recopa que disputaron Real Madrid y Chelsea.
Eran tiempos en los que los clubes se acogían al derecho de retención y con una subida de sueldo del 10% podían retener a los futbolistas, aunque ellos se quisieran machar. En los pocos partidos que disputaba Bueno cada año en el Madrid, se podía comprobar que ahí había un extremo fantástico. Cuando Bueno llegó al club en 1959 tenía 19 años y Paco Gento 26. Así empezó la bonita historia entre ambos. Con el Barça al acecho de Bueno durante muchos veranos.
En su primera temporada fue titular en la ida de la final Intercontinental ante Peñarol, porque Gento estaba lesionado, y deslumbró en un amistoso ante el United. Marcó 4 goles y fue la estrella del partido.
En esa época no había cambios, solo se permitía el del portero y por lesión. Los años iban pasando y Gento seguía siendo extraordinario, por lo que las oportunidades de Bueno eran escasas cada temporada.
En la temporada 70-71, Bueno comenzaba su 12ª campaña en el club y tenía ya 30 años, Gento su 18ª y contaba ya con 38 primaveras. Bueno jugó mucho durante el curso. Fue la temporada en la que gozó de más partidos.
Real Madrid y Chelsea llegaron a la final de la Recopa. Una final que se jugó en dos partidos porque el primero acabó en empate. Aún no existían las prórrogas y los penaltis para decidir las finales y el gol de Zoco en el Pireo, en minuto 90, forzó un partido de desempate.
En el primero Gento había sido titular y sustituido por José Antonio Grande a los 70 minutos. En el segundo, Bueno fue titular y Gento suplente. Gento entró para los últimos 15 minutos, pero antes, en el 60’, Grande había sustituido a Bueno. No coincidieron en el campo tampoco.
El Madrid perdió el partido de desempate que se jugó también en el Pireo dos días después. Los goles de Weeb y Osgood hicieron insuficiente el de Fleitas. Aquella derrota fue dura y el club la encajó mal. El Madrid ya llevaba cinco años sin conseguir nada en Europa, tras la consecución de la 6ª Copa de Europa conquistada en Bruselas en 1966, y Bernabéu tenía la sensación de final de ciclo. Eso se notó en las decisiones que se tomaron en verano.
Al final del curso Gento se retiró del fútbol y a Bueno decidieron no renovarle. Se marchó al Sevilla donde jugó dos años. Eran otros tiempos. Hoy día parecería imposible que un jugador de su nivel esperase tanto tiempo para poder jugar más de cinco partidos al año como le sucedió a él. Una historia de buenos extremos que tuvo su epílogo en un Real Madrid v Chelsea…