El Chelsea, un clásico de este siglo en la Champions League, afronta el choque de hoy con la espada de Damocles a unos centímetros. Todo analista esperaba que sus dos primeros envites, ante dos equipos de poca enjundia europea, acabaran con dos triunfos, pero la realidad ha aplastado al cuadro entrenado por Graham Potter. Derrota en Zagreb, aún con Tuchel en el banquillo, y empate en casa ante el Salzburgo. Problemas.
Si acaba saliendo el proyecto de la Superliga esto no ocurriría. Sin embargo, a Florentino Pérez y sus amigos les parece una vergüenza de fase porque el Bayern FC le mete cinco al Viktoria Plzen. No comenta el batacazo del FC Barcelona el curso pasado, ya que aunque sea su eterno rival no le interesa que le vaya mal a los catalanes, o las increíbles sorpresas que hemos tenido en los últimos cursos. Además, los grupos aseguran siempre, cada jornada, choques dignos de semifinal y final de la máxima competición continental.
Es gracioso que cada vez que sale este tema, que es cada muy poco tiempo por la importancia que tiene, nos cae una avalancha de comentarios negativos. “Se os ve el plumero”, comentaba un tipo el otro día en nuestras redes sociales. Parece ser que no se puede comentar lo positivo de un torneo que, por supuesto, también tiene muchas cosas a criticar. Mi mayor censura, por ejemplo, es la nula defensa a las grandes entidades europeas que tienen que batallar con clubes estado. Justo, una de las cosas que argumenta el máximo mandatario del Real Madrid. Pero que su solución sea jugar un torneo con plazas restringidas, como aseguró ante unos socios tremendamente felices el pasado domingo, es abyecto.
La mejoría del Milan en los últimos cursos, con siete Copas de Europa en el museo, ha significado su vuelta a la Champions. El camino ha sido duro, pero ha tenido que pagar por los errores deportivos y administrativos de los últimos lustros. Ahora puede golpear a un Chelsea que dos años atrás levantaba la orejona y que se encuentra en el abismo. Eso se llama justicia deportiva. Hoy, en Stamford Bridge, vamos a tener uno de esos partidos que apetecen. Bendita Champions League. Bendita fase de grupos.
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