A nadie se le escapa que Ulf Kirsten es uno de los mejores delanteros de la historia de Alemania. En el cuadro histórico de goleadores de la Bundesliga se quedó en el 6º lugar, con unos ciento ochenta y dos goles marcados en trescientos cincuenta partidos. Además cuenta en su palmarés particular con tres títulos de Máximo Goleador, algo al alcance de muy pocos: solo Karl-Heinz Rummenigge y Gerd Müller tienen los mismos títulos o más que él. Todo un privilegio.
Kirsten es uno de esos futbolistas nacidos en la Alemania del Este que, con la reunificación tuvieron la suerte de seguir jugando con la selección. Como futbolista internacional es centenario, repartiendo al cincuenta por ciento los partidos con la reunificada y con la RDA. Junto a él hay un selecto grupo de futbolistas que vivieron ese mismo hecho: Matthias Sammer, Andreas Thom, Thomas Doll, Dariusz Wosz, Olaf Marschall, Heiko Scholz y Dirk Schuster. Pero solo Ulf llegó a ser centenario, lo que le convierte en un futbolista especial. Sin embargo, la Alemania del Este no tuvo mucha suerte en su participación en grandes torneos. Participaron en un Mundial (1974) y en cuatro Juegos Olímpicos (1964, 1972, 1976 y 1980), quedando siempre entre las tres primeras clasificadas en el torneo olímpico.
Tras el Mundial de Italia, el combinado del Este, que estaba encuadrado en un grupo para la fase de clasificación de la Eurocopa de Suecia, fue sustituida por el combinado reunificado. Solo tres de los futbolistas del Este pudieron formar parte de aquel torneo en 1992, Andreas Thom, Thomas Doll y Matthias Sammer. Kirsten se había quedado fuera. Alemania perdió la final ante la sorprendente selección danesa de Laudrup, Henrik Larsen y compañía. Dos años después, Berti Vogts sí contó con Kirsten para la disputa del Mundial de Estados Unidos, en 1994, pero «El Negro» no disputó ni un minuto en los cinco partidos que el combinado alemán jugó en el torneo.
Tras este pequeño paso por la carrera internacional de Ulf Kirsten, nos vamos a parar en su gran noche como jugador de la selección. Para ello, echaremos la vista atrás, en la fase de clasificación para el Mundial de 1998. Tocaba visitar Albania, teóricamente, el rival más débil del grupo. En el once titular estaban Sammer y Wosz, pero Kirsten tuvo que esperar en el banquillo. Los albaneses se adelantaron en el marcador en el 61′, con gol de Bledar Kola (jugador del Panathinaikos en aquella época), desde el punto de penalti. La reacción de Berti Vogts fue la de quitar a Dieter Eilts y meter a Ulf Kirsten en el campo. El partido cambió. Un minuto después de entrar (dos después del gol), Kirsten empató el encuentro y en los últimos diez minutos marcó dos goles más, dando una clara ventaja a los germanos en el marcador. Kola volvía a marcar al final, también desde los once metros, pero ya no cambiaría el resultado. Alemania ganaba y acabaría clasificándose como campeón de grupo. En la memoria de Kirsten se quedó aquel partido, pero no su participación en el Mundial de 1998 y la Eurocopa de 2000, puesto que en uno tuvo una participación residual y en el otro Alemania obtuvo la peor participación de su historia en un gran torneo.
A pesar de eso, la figura de Ulf Kirsten fue más relevante a nivel de clubes que a nivel de selección, al contrario de lo que le pasó años después a gente como Lukas Podolski o Miroslav Klose. Kirsten jugaba en el Dynamo Dresden hasta 1990, un club que, durante la DDR-Oberliga fue muy grande. Sin embargo, tras el Mundial de Italia, tanto él como Sammer, quizás los más destacados de aquel equipo, marcharon rumbo a Leverkusen y Stuttgart. En el primer año en el club de la Bayer, la clasificación no fue muy buena. El Leverkusen finalizó en el 8º puesto, habiendo marcado Ulf 11 goles. Casualmente, los mismos que marcó Matthias Sammer en Stuttgart esa misma temporada. Al año siguiente, Kirsten mejoró su cifra goleadora (12) y la clasificación del conjunto del BayArena también fue a más (consiguiendo el 6º puesto). Por otra parte, su ex compañero y amigo, Sammer, se proclamaría campeón de liga.
Llegaba el siguiente año y Ulf por fin estalló. Con sus 20 goles marcados igualó al ghanés Anthony Yeboah como Máximo Goleador, consiguiendo dicho título individual por 1ª vez en su carrera, contribuyendo al 5º puesto de su club. Pasó el tiempo y el rendimiento del Leverkusen bajó. Su goleador no había podido igualar el nivel de esa temporada y, en 1995-96 acabó tocando fondo, quedando a dos puntos del descenso. Kirsten solo pudo marcar ocho goles aquella liga. Todo cambió con la llegada de Christoph Daum al banquillo. El Leverkusen pasó de estar a dos puntos del descenso a quedarse a dos puntos del título de liga. Y lo tuvo muy cerca. A falta de tres partidos el Bayer estaba situado a un punto del Bayern. Kirsten superó su cifra de goles y acabó liderando en solitario la tabla de Máximos Goleadores, por delante de Anton Polster y Fredi Bobic. Repitió su mejor cifra goleadora al año siguiente, lo que le convirtió en el 3º futbolista en conseguir ser, al menos en tres ocasiones, el jugador con más goles en una edición de la 1.Bundesliga. Sin embargo, el club se quedó lejos del título en esta ocasión.
Para desgracia de Kirsten, hay una temporada que se le quedó marcada en la memoria. En los años siguientes, el Bayer 04 Leverkusen se convirtió en el eterno 2º clasificado de la liga, repitiendo esa posición en varias ediciones. Pero en la 2001-02, la ciudad sufrió, no uno, sino hasta tres traspiés. Una derrota ante el Nürnberg en la 32ª jornada de la liga les sacó del liderato, a favor del Borussia Dortmund. Un gran año en Liga de Campeones se truncó para el equipo por culpa del gol de Zidane en Hampden Park. No contento con eso, el destino les preparó otra encerrona. El Schalke 04 venció 4-2 en la final de la DFB Pokal. Lejos queda aquel título, también de copa, conseguido en la 1992-93, ante el 2º equipo del Hertha BSC, con gol, casualmente, de Ulf Kirsten. El Leverkusen no ha sido un club de muchos títulos (solo tiene esa DFB Pokal y la Copa de la UEFA en los 80).
No tuvo mucha suerte Ulf Kirsten a nivel de clubes y tampoco a nivel internacional. No obstante, lo que a nadie se le escapa es que ha sido uno de los grandes «killers» de la historia del fútbol alemán. Un hombre que agrandó su fama lejos de los grandes clubes de la Bundesliga, convirtiendo a «El Negro» en un hombre temido en el área rival de cualquier estadio. Esa es la historia de mala suerte a nivel colectivo de un hombre que salió del Este y fue, incluso, relacionado con la Stasi, aunque eso es ya otra historia.
Puerto de la Cruz (Tenerife), 1983. Bloguero en fase de evolución. Amante del fútbol global, blanquiazul de corazón y rossonero por aficción a este señor deporte. Conocido en el mundillo como "Humilde Aficionado". El balón, nuestro mejor amigo.
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