La gran novedad que incorpora Roland Garros 2021 es el turno de noche en la pista central Philippe-Chatrier. En lugar de la programación habitual de cuatro partidos corridos empezando a mediodía, este 2021 son tres partidos desde las 12 de la mañana y el cuarto, no antes de las 21h.
Tsitsipas – Chardy, Serena – Begu, Djokovic – Sandgren, Paul – Medvedev, Nadal – Gasquet, Tsitsipas – Isner, Federer – Koepfer, Zverev – Nishikori, Kostyuk – Swiatek y Tsitsipas – Medvedev. Son los 10 partidos que se han jugado sin público.
El turno de noche es una figura que ha ido apareciendo en diferentes torneos del circuito en los últimos años. Ya sea con un partido o con dos. Es un turno que exige, por lo pronto, tener una instalación de iluminación artificial en el torneo, algo que las instalaciones de Roland Garros o de Wimbledon no tenían hasta hace unos años.
El problema con el que se ha topado este turno de noche es el toque de queda en París. Desde que comenzase el torneo (30 de mayo la fase final) hasta este pasado miércoles 8 de junio, 10 jornadas, cada uno de esos 10 partidos programados en la pista Philippe Chatrier desde las 21 horas se han disputado a puerta cerrada (y también los partidos de otras pistas que hayan llegado a las 21h). De jueves a domingo se acaba el problema puesto que el toque de queda se atrasa a las 23 horas.
Con todo, la situación originalmente habría sido peor durante toda la competición puesto que el torneo estaba diseñado para haberse disputado una semana antes. El torneo decidía retrasarse siete días conocedor de la situación sanitaria en Francia y de que, en medio de su disputa, las condiciones cambiaban: tanto el toque de queda como la cantidad de público.
Sabiendo que probablemente en 2022 el torneo (el circuito y la vida en general) pueda volver a una normalidad al 99% como siempre, estrenar este año el turno de noche con las condiciones en que se ha hecho, sin público, ha sido forzar demasiado las cosas.
Desde que se reanudó el tenis en agosto del año pasado, los torneos han combinado estadios completamente vacíos con estadios con un porcentaje de público, siempre por debajo del 50%. En numerosas ocasiones desde la vuelta del tenis, los tenistas han expresado sus pensamientos, sentimientos y sensaciones respecto a jugar con y sin público. Que es diferente y todos quieren público está fuera de dudas. Pasar de una grada vacía a una grada con gente y aplausos es muy sencillo. El camino inverso (que se ha dado y se seguirá dando) es más difícil.
La espectacularidad de un turno de noche está sobradamente demostrada. Y también lo está que el público es clave para que sea así. La explicación de mantener un turno de noche sabiendo que no habrá gente, muy posiblemente la encontremos en los contratos televisivos.
Tsitsipas es el tenista que más ha sufrido la novedad del torneo. Tres de sus primeros cinco partidos han sido sin público. Zverev ha pasado dos veces por la central vacía. Djokovic, Nadal y Federer han pasado el peaje cada uno una vez. Sorprende comprobar que, de las 10 jornadas nocturnas sin público, solo en dos ha habido un partido femenino: Serena – Begu y Kostyuk – Swiatek. Queda claro, al menos en esta primera prueba, que la jornada nocturna a nivel televisivo, es más llamativa para el tenis masculino que el femenino.
El tenista que más abiertamente ha criticado esta jornada nocturna sin público ha sido Daniil Medvedev. El único punto débil de su queja es que lo ha hecho tras perder (cuartos). Sin embargo, su queja ha sido muy contundente: “Nuestro partido (ante Tsitsipas) era el mejor de la jornada, pero Roland Garros ha preferido Amazon al público. Tan fácil como eso. Es bueno tener patrocinadores porque es así como podemos generar dinero. Este año podemos tener más gente en Roland Garros y tenemos a Amazon, no sé si estaba el año pasado, y el dinero en premios es un 15% menor, ¿dónde está el dinero de Amazon?” El razonamiento del ruso no tiene réplica.
Tras este primer año de estreno, en 2022 esperemos poder disfrutar de la novedad en toda su expresión: partidos nocturnos en Roland-Garros y con las gradas llenas (o casi) de público.
Imagen de cabecera: Imago
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