El World Tour funciona a tres velocidades a nivel económico y de plantilla. Tres marchas que se reproducen en los movimientos en el mercado. La mayoría de equipos está en la parte baja de la pirámide; Movistar, Etixx, Tinkoff y BMC se encuentran en un segundo peldaño y por encima de todos, el potente Team Sky.
Su crecimiento desde su llegada a la élite en 2010 de la mano del gigante de las telecomunicaciones y del proyecto British Cycling ha supuesto el levantamiento de una enorme cultura ciclista en Gran Bretaña y una revolución en el propio ciclismo profesional. Los tres triunfos en el Tour de Francia de Bradley Wiggins y Chris Froome, siempre demostrando una gran superioridad, han sido el símbolo de su éxito.
El combinado inglés, que en la última temporada ha manejado un presupuesto sin comparación en el pelotón superior a los 30 millones de euros, ha formado de cara a la próxima temporada un auténtico dream team del ciclismo. El objetivo, según su reconocido mánager Dave Brailsford, es extender la línea de éxitos en el Tour de Francia al resto de las Grandes Vueltas y al triunfo del que sería su primer Monumento.
Para ello el Sky se ha movido a lo grande en el mercado de fichajes. Llegan Michal Kwiatkowski, campeón del mundo en 2014, junto a su gregario de confianza Michal Golas; el escalador Mikel Landa, segundo en el Giro y una de las revelaciones del año; un gregario de enorme nivel como Beñat Intxausti -que además supone una importante pérdida para el Movistar-, el joven sprinter Danny Van Poppel y dos de los mejores sub23 en circulación, el italiano Gianni Moscon y el inglés Alex Peters.
Con la única baja de renombre de Richie Porte, que se marcha al BMC, estos siete fichajes suponen un salto de nivel aun mayor para un equipo que ya tenía poco parangón en el panorama ciclista. El Sky elige lo mejor de cada casa y puede permitirse conseguirlo. “El Sky siempre trata de fichar a los mejores ciclistas del mundo”, explica Brailsford, aunque el espíritu inglés -habrá seis en el equipo- se trata de mantener intacto.
El bloque para las clásicas estará liderado por Michal Kwiatkowski, que se centrará en las Árdenas -ganó Amstel el año pasado- y probablemente intentará competir en el Tour de Flandes. En el adoquín Geraint Thomas, último vencedor en Harelbeke, y Ian Stannard, doble triunfador en Omloop, serán las principales bazas para el sueño de la Roubaix, apoyados en el buen nivel demostrado por Luke Rowe en el adoquín. El noruego Lars-Petter Nordhaug también tiene empaque para destacar en cualquier prueba de un día.
Para las Grandes Vueltas, evidentemente el gran objetivo volverá a ser el Tour de Francia con Chris Froome, en busca de su tercera victoria. A su vera, Mikel Landa, Leopold König y Wout Poels destacan en el grupo de gregarios principales, hasta el punto de que podrían asumir el liderazgo en Giro o Vuelta a España. Con ellos, Sergio y Sebastián Henao, el propio Thomas, los vascos Beñat Intxausti y Mikel Nieve, Peter Kennaugh y Nicolas Roche… Cualquier combinación de estos ciclistas puede formar un treno aun más temible en la alta montaña.
El motor de Vasil Kiryienka, vigente campeón del mundo contrarreloj, y Christian Knees, la versatilidad de Philip Deignan, David López y Zandio o la velocidad de Elia Viviani, Danny Van Poppel y Ben Swift completan un equipo de absoluto ensueño, que sobre el papel apunta a dominar la temporada ciclista 2016.
Sobre la carretera, sin embargo, los múltiples imponderables que rodean y hacen especial y diferente cada competición dejarán cualquier pronóstico inservible. Y que al Sky le queden todavía tantas ambiciones pendiente lo demuestra.