El Sevilla lleva dos temporadas quedándose fuera de los puestos que dan acceso a la Liga de Campeones. Este año, sin ir más lejos, ha quedado incluso fuera de los de Europa League, en una decepcionante séptima posición. Sin embargo, hace tiempo que el éxito del Sevilla no se sustenta en la Liga. Hay caminos mejores para llegar a Roma.
Y es que hace dos años que se decidió que el ganador de la Europa League se clasificaría directamente para la fase de grupos de la Champions, y en esas dos ediciones -más la anterior- el equipo de Emery se ha hecho con el título. La Liga acaba siendo un torneo en el que foguearse de cara a la gloria.
- Posición: 7º (52 puntos)
- Balance: 14 victorias, 10 empates y 14 derrotas, 51 goles a favor, 50 en contra.
- Dato: El Sevilla no logró ni una sola victoria fuera de casa en toda la temporada (9 empates y 10 derrotas).
- Opinión: El extraño caso de un Súper ‘equipucho’ (Alberto Fernández / Marca)
- El mejor: Kevin Gameiro. No era fácil hacer olvidar a Carlos Bacca y el delantero francés lo ha conseguido con creces. 16 goles en Liga, 29 entre todas las competiciones le han catapultado ya hacia la historia sevillista. De los pocos que pueden decir que han estado al mismo buen nivel en Liga, Champions, Europa League y Copa del Rey.
- Máximo goleador: Kevin Gameiro (16 goles)
- Once con más minutos: Sergio Rico; Coke, Rami, Kolo, Tremoulinas; Krychowiak, N’Zonzi, Banega, Iborra, Vitolo; Gameiro.
Temporada: En la jornada 5, el Sevilla era colista de la Liga tras sumar dos puntos sobre 15 posibles, con derrotas clamorosas como ante el Atlético en el Pizjuán (0-3). Un gol de Konoplyanka en el 86′ ante el Rayo en la siguiente jornada certificó la primera victoria para los sevillistas, que sufrieron dos goles con 2-0 en el marcador.
No era ni mucho menos un comienzo que pudiera presagiar alegrías, pero en la siguiente jornada le ganó a todo un Barça en un partido memorable (2-1). Después, un empate en Éibar (1-1) y una goleada espectacular al Getafe (5-0, hat-trick de Gameiro) le situaron a un solo punto de Europa.
Pero los dos siguientes partidos marcarían el destino del Sevilla. Derrota ante un Villarreal que acabaría en Champions y ante un Manchester City que dejó a los de Nervión con un pie y medio fuera de Champions. Igual no era mala opción ser eliminado y volver a la Europa League, competición fetiche. Mientras, en Liga, se empeñaron en demostrar que podían ganar a los grandes venciendo también al Real Madrid (3-2).
Los de Emery comenzaron a hacer del Sánchez Pizjuán un fortín al tiempo que se dejaban puntos en todas sus salidas. 13 victorias consecutivas en casa, ninguna en toda la Liga fuera. Acabó la primera vuelta a un punto de Europa League, pero a diez de Champions.
Sin embargo, a base de sacar adelante los partidos en el Pizjuán, unido a una crisis de resultados del Villarreal, el Sevilla se colocó a cinco puntos tras remontar un 1-2 al descanso del Submarino y ganar 4-2 un partido trepidante. Todo se fue a pique con tres derrotas seguidas (4-0 ante el Madrid, 1-2 ante la Real Sociedad y 2-1 ante el Valencia).
La Liga dejó de tener sentido. Por eso, los sevillistas centraron sus esfuerzos en la Copa y en la Europa League, llegando a las dos finales y ganando ante el Liverpool su tercera corona europea consecutiva. Su final de Liga fue más que desastroso -una victoria en nueve jornadas, con derrotas como ante el Granada por 1-4-, pero el éxito, el verdadero éxito, estaba en otra parte.